Abstract

ABSTRACT:

Cuba's famed paquete has been celebrated in recent years for effectively undermining the Cuban government's historic media monopoly as it erupted in an offline digital response to the rising demand for more diverse and less ideologically charged media content. However, the paquete's different compilers and distributors have also systematically practiced self-censorship in exchange for continued state tolerance of their growing alegal media enterprise by refusing to distribute political content, especially if it is critical of the government and/or produced by any of the independent digital media start-ups operating on the island today. This article analyzes this phenomenon by comparing the paquete to its two offline digital competitors: the government-sanctioned Mi Mochila, distributed via its network of Joven Clubs de Computación y Electrónica (JCCEs), and the clandestine, politically charged, "sneakernet" complement to the paquete, known as the paketito. The article concludes by highlighting the various ways the founding directors of a number of Cuba's leading independent digital media outlets solve the problem of the paquete's self-censorship by developing an array of content-distribution strategies to fit Cuba's hybrid online-offline digital media environment.

RESUMEN:

El famoso "paquete semanal" de Cuba se ha celebrado en los últimos años por socavar de manera efectiva el histórico monopolio mediático del gobierno cubano al irrumpir en una respuesta digital offline a la creciente demanda de contenido multimedia más diversa y menos cargada ideológicamente. Sin embargo, los diferentes compiladores y distribuidores del llamado paquete también han practicado sistemáticamente la auto-censura a cambio de la continua tolerancia estatal de su creciente empresa de medios "alegal" al negarse a distribuir contenido político, especialmente si está crítico con el gobierno y/o producido por cualquiera de los nuevos start-ups de medios digitales independientes que operan en la Isla hoy. Este artículo analiza este fenómeno al comparar el paquete con sus dos competidores digitales offline: Mi Mochila, sancionada por el gobierno y distribuida a través de su red de Joven Clubs de Computación y Electrónica (JCCE), y el clandestino y políticamente cargado complemento al paquete, un "sneaker-net" conocido como "el paketito." El artículo concluye destacando las diversas formas en que los directores fundadores de varios de los principales medios de comunicación digitales independientes de Cuba resuelven el problema de la autocensura del paquete al desarrollar una serie de estrategias de distribución de contenido únicas para adaptarse al entorno híbrido de medios digitales online-offline de Cuba.

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