Abstract

Abstract:

I ask if it is possible to critique capitalism as a cultural and/or politico-economic model of human affairs and at the same time unintentionally reaffirm its epistemological supports. I study a sampling of twenty-first-century Latin American films, analyzing each narrative's thematic treatment of affect and capital, comparing this treatment with the organizational model of non-rational affective capital and moral flow that I argue is constitutive of capitalism's epistemic supports. What interests me is the extent to which these filmic narratives—and, by extension, broader humanistic discourse—unwittingly and implicitly reaffirm capitalism's epistemological model of self-legitimation, even when they overtly critique capitalism itself. I conclude that there may not be a relationship of identity between a given articulation of cultural politics and the epistemological position embedded therein. Does this autonomy of capitalist epistemology from cultural politics work to affirm the so-called immanence of capitalism? Is it possible to think our way out of capitalist logic if concepts like happiness, harmony, organicity, and flow that are so often used to construct a position of resistance to capitalism are topoi captured in the first regard by capitalist epistemicity?

Resumen:

Pregunto si es posible criticar al capitalismo como un modelo cultural y/o político-económico del quehacer humano y a la vez reafirmar sin querer sus cimientos epistemológicos. Estudio una muestra del cine latinoamericano del siglo XXI. Analizo el tratamiento en cada obra del afecto y del capital y lo comparo con el modelo organizacional de flujo, no-racional afectivo, del capital y de la moral. Argumento que este modelo es constitutivo para el sustento epistemológico del capitalismo. Me interesa indagar es hasta qué punto estas narrativas—y, por extensión, el discurso humanístico más amplio—reafirman, implícitamente y sin tener conciencia de ello, el modelo de autolegitimación epistemológico del capitalismo, aun cuando abiertamente critican al capitalismo en sí. Concluyo que es posible que no se produzca una relación de identidad entre una articulación de política cultural determinada y la postura epistemológica contenida dentro de la misma. ¿Esta autonomía de la epistemicidad capitalista con respecto a la política cultural funciona para reafirmar la llamada inmanencia del capitalismo? ¿Es posible dar con una salida en el pensamiento de la lógica capitalista si conceptos como la felicidad, la armonía, la organicidad y el fluir que con tanta frecuencia se utilizan para construir una postura de resistencia frente al capitalismo resultan ser topos capturados en primer lugar por la epistemicidad capitalista?

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