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  • Del table dance a la escritura: Señorita Vodka, de Susana Iglesias
  • Cázares H. Laura

Virginia Woolf, refiriéndose a la producción literaria de su época, dice: “Las novelas contemporáneas nos sorprenden a menudo por ser muy distintas de aquello que hemos aprendido a admirar y crean una belleza que, al ser tan distinta de la antigua, resulta mucho más difícil de apreciar” (164). Y en este siglo, Cristina Rivera Garza afirma: “Sólo una visión esencialista y, por lo tanto, ahistórica, haría de lo literario un sinónimo de calidad. Sólo una visión conservadora, es decir, atada fuertemente al estado de las cosas y las jerarquías propias de esas cosas, querría la repetición incesante de sólo un modo de producir textualidad” (206–07).

Sin decirlo directamente, ambas escritoras nos remiten al canon literario: una para plantear la dificultad de comprender lo que está fuera del canon; la otra para cuestionar la existencia del mismo. Sírvannos de norte sus ideas en la lectura de una novela de reciente publicación: Señorita Vodka. Su autora, Susana Iglesias, nació en 1978 en la Ciudad de México, en el Centro Histórico como ella insiste en enfatizar. Muy relevante en su vida es la obtención del Premio Aura Estrada1 en su primer otorgamiento, en 2009, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Oaxaca, el cual le permitió tres residencias de escritura: en Ucross (Wyoming), Ledig House (Nueva York) y Santa Maddalena (la Toscana). Fue becaria del FONCA de 2011 a 2012, en el programa de jóvenes creadores. Ha colaborado en las revistas Domus, Revés, El Puro Cuento, Los Bastardos de la Uva y Yagular, y ha publicado en las antologías Premio Charles Bukowski. El despojo soy yo (2004), Dulces batallas que nos animan la noche (Michoacán, 2010), resultado del Encuentro Nacional de Letras Independientes, y el relato “Cerrar” en Rigo es amor. Una rocola [End Page 25] a dieciséis voces (Tusquets, México, 2013), coordinada por Cristina Rivera Garza. De 2013 es también su primera novela, Señorita Vodka, publicada por Tusquets, resultado de “un proceso de más o menos cinco años de trabajo,” según afirma en una entrevista con Javier Moro Hernández. En la noticia sobre la convocatoria al tercer premio Aura Estrada, se informa que Almadía le publicará su segunda novela: Punks de postal. Como ya es común en los jóvenes escritores, Iglesias creó un blog: lo llamó Señorita Masturbación, y ahora escribe el de Señorita Vodka; en la entrevista de Melissa Moreno dice que tiene blogs secretos y no secretos, algunos con nombre de hombre. En el blog Señorita Masturbación tiene escritos algunos poemas.

Considero que Señorita Vodka es una novela de personaje, pues se designa de esta manera a “aquella en que el desarrollo de la acción y la descripción del entorno están supeditados al análisis psicológico del personaje, cuya problemática y vivencias constituyen el núcleo central de la obra” (Estébanez Calderón 749). Además, el nombre del personaje casi siempre le da título a la novela, en este caso a través de una metonimia, pues a la protagonista se le designa por su inclinación a beber vodka, lo que implica un leitmotiv y, a la vez, un borramiento de la persona y/o la imposición de una especie de máscara.

La Señorita Vodkay el table dance

Esta actividad del personaje es la que más ha llamado la atención de los entrevistadores, por eso Eve Gil dice que “Señorita Vodka es bailarina de tubo por convicción y escritora por vocación.” Ser teibolera es lo que le da un atractivo particular al personaje y como tal remite a un ambiente nocturno, a seres ligados con la delincuencia y lo policial, a los riesgos del bajo mundo, a la crudeza de la vida.

Por lo que le narra a Javier Moro Hernández, el origen del...

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