Abstract

En las recientes formulaciones sobre las relaciones entre naturaleza y cultura, han sido cruciales las nociones de “biopolítica” de Foucault y “tanatopolítica” de Agamben. A estos conceptos fundamentales se les pueden agregar las interrogantes de Fabián Ludueña y Dipesh Chakrabarty, quienes subrayan la necesidad de entender la historia humana en términos de su conexión integral con el planeta y lo animal. A su vez, desde la disciplina de la antropología el brasileño Eduardo Viveiros de Castro ha defendido una “internalización de la naturaleza” como una nueva inmanencia, rechazando la idea de que los seres humanos simplemente habitamos espacios naturales, exteriores. En todas estas posturas, se concluye que la naturaleza y la cultura son realidades consubstanciales. El presente trabajo argumenta que América Latina representa un espacio importante en el estudio de esta nueva imbricación. En particular, los debates y conflictos actuales que se suscitan sobre la Amazonia, y que involucran tanto cuestiones medioambientales como los derechos de las comunidades indígenas, ejemplifican las dificultades que tal imbricación acarrea. Mediante la exposición de esta historia, espero demostrar cómo el momento contemporáneo se caracteriza por una urgencia por repensar la intersección entre la historia cultural y la historia natural.

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