Abstract

Among the festivals that shaped the urban experience of colonial Mexico City, those related with Our Lady of Remedios —the first patroness of the capital of New Spain—deserve special attention. This essay argues that the 57 occasions that the statue came from her shrine to the city (1577-1810) were massive social self-portraits of piety, loyalty, and policy: processions were organized for heavenly protection in times of drought, epidemics, or war, always showing the links this particular devotion had to the conquest, and thus, to the foundation of the city as a colonial entity.

Abstract

Entre las muchas celebraciones públicas que definieron el espacio urbano de la ciudad de México durante el virreinato, las relacionadas con Nuestra Señora de los Remedios—primera patrona de la capital de la Nueva España—merecen atención especial. Este artículo propone que las 57 veces que la imagen fue traída desde su santuario a la ciudad (en el período de 1577 a 1810), pueden considerarse como autorretratos sociales en los que se mostraba, y definía, la devoción, la lealtad y la política: las procesiones se organizaban en tiempos de sequía, epidemia y guerra, y siempre mostraban los lazos que esta imagen mariana tenía con la conquista y por tanto, con la fundación de la ciudad ya como una entidad colonial.

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