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LAS PROSIFICACIONES DE LAS CANTIGAS COMO TRADUCCIONES EXEGÉTICAS Carmen Benito-Vessels University of Maryland, College Park Durante las cuatro últimas décadas se ha logrado un consenso mínimo respecto a la prosa castellana escrita en el margen inferior, y ocasionalmente al reverso, de las veinticuatro primeras hojas miniadas del códice rico, manuscrito TJ.1 de las Cantigas de Santa María (CSM). Leopoldo Augusto de Cueto y Walter Mettman dieron la primera noticia sobre la existencia de estos textos en sus ediciones respectivas de las CSMy Ramón Menéndez Pidal fue el primero en transcribir una de ellas, la número XVIII, pero desde la nota y consiguiente transcripci ón de John Keller y Robert Linker hasta los estudios y ediciones más recientes ha habido muy diferentes opiniones sobre la finalidad, la clasificación, la fecha, la letra y el autor de esta obra inacabada. James Chatham, en su edición paleogràfica de las veinticuatro cantigas, coincidió en afirmar con John Keller y Robert Linker que ésta era una traducción de la época alfonsi pero, a diferencia de Leopoldo Augusto de Cueto y Walter Mettman, no postulò a ningún autor afiliado con el taller alfonsi; por otra parte, Reinaldo AyerbeChaux defendió que la letra de la obra era del siglo XIV y que su autor eraJuan Manuel, con esto albergò la esperanza de haber hallado el *Libro de las cantigas juanmanuelino; más tarde, Francisco Mundi Pedret y Anabel Sáiz Ripoll basándose en el estudio de la lengua volvieron a fechar la traducción en el siglo XIII mientras que Anthony Cárdenas defendió que la letra de las prosificaciones era de fines del XIV o incluso de la segunda mitad del XV; a su vez, Steven Kirby consideró que estas cantigas eran un comentario de las miniaturas y que su autor era posiblemente Juan Manuel; la última hipótesis de la La corónica 32.1 (Fall, 2003): 205-30 206Carmen Benito-VesselsLa corànica 32.1, 2003 que tenemos noticia es la de Jesús Montoya quien coincide con Kirby en que la prosa marginal es un "añadido", pero Montoya hace énfasis en las relaciones textuales y no en las de la prosa con las miniaturas y además puntualiza que la obra debió ser escrita por algún clérigo sevillano entre los años 1360 y 1390. Esta colección de textos castellanos, a los que me referiré como 'prosa marginal' por estar situada en los márgenes o 'traducciones exegéticas' por razones que más adelante veremos, tiene una extensión brevísima y es de gran desmerecimiento estético eri relación a la factura del códice en el que se encuentra, por tal motivo se comprende que siempre haya sido presentada de modo poco favorable. Todos los críticos anteriormente mencionados están de acuerdo en que cori la traducción se quería que las CSM fueran inteligibles para un público castellanoparlante y en sus estudios han analizado, casi exclusivamente, los vínculos de la prosa con el verso y las miniaturas correspondientes. En consecuencia los cuatro términos propuestos para clasificar la obra -"traducción", "adaptación", "prosa marginal" y "añadido"- no reflejan la conexión de la misma con otras tradiciones textuales que pudieron inducir a su ejecución. En este artículo se exploran algunos nexos de la prosa marginal con la pragmática de la traducción, asimismo se presentan posibles modelos retóricos seguidos por su autor y se estudia la relación entre la lectura de la prosa, del verso y de las miniaturas. Según creo, amén del fin práctico, la prosa marginal debió tener una finalidad literaria y se basó en normas identificables; más aún, quizá esta colección sea un modesto ejemplo de un género literario que empieza a despuntar en castellano en los albores del siglo XV y que coincide con el establecimiento de la hegemonía castellana en la Península.1 Aunque el primer manual europeo de traducción para lenguas vernáculas es de mediados del siglo XVI, sabemos...

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