En tercera persona: Crónicas teatrales cubanas: 1969-2002 (review)

Arizona Journal of Hispanic Cultural Studies 253 different views from men as to why public acts of violence are more acceptable as a means to protect their families and homes. Crescencio López The University of Arizona En tercera persona: Crónicas teatrales cubanas: 1969-2002 Ediciones de Gestos, 2004 Por Rosa Ileana Boudet Resumir treinta y tres años de trayectoria del teatro cubano no es una tarea fácil. Sin embargo , Rosa Ileana Boudet ha logrado hacer este compendio de crónicas que permiten al neófito y al experto tener acceso a una visión global y a la vez Ã-ntima de uno de los teatros más importantes de la América Latina contemporánea. Esta labor de desentrañar el quehacer escénico cubano es una tarea de años en la que se puede percibir la agudeza de la cronista, asÃ- como, con el devenir del tiempo, también se puede apreciar su creciente habilidad de mostrar al lector la escena que lamentablemente no puede tener frente a sus ojos. Boudet no sólo logra traer la experiencia esc énica al lector, sino que, en ocasiones, también logra convertirlo en espectador proporcionando todos los detalles que éste se ha perdido por estar ausente de la puesta en escena. Precisamente por ser un compendio de artÃ-culos publicados en diferentes revistas literarias como La Gaceta de Cuba, Ettas en Romances , Revolución y Cultura, Granma, El Caimán Barbudo, TabL·s, Elpúblico, Con Eñe, Revista de Cultura hispanoamericana y Teatro CELCIT, la estructura del libro es fragmentada. Cada artÃ-culo es independiente del otro y su valor como obra total radica en el carácter informativo que cada ensayo transmite de cierto perÃ-odo, autor, tendencia e historia del teatro cubano de fin de siglo. La lluvia de autores y obras es abrumadora y, como ella misma lo afirma, no hay la suficiente distancia temporal para proponer una categorización apropiada, de ahÃ- que ésta sea una lectura sobre la marcha de un enorme rompecabezas todavÃ-a por armar. En este recorrido por las tablas Boudet muestra la evolución y estética de grupos como el Teatro Escambray, el Teatro Estudio, el Teatro Nacional de Guiñol, La Yaya, el Teatro PolÃ-tico Bertold Brecht, el Cabildo Teatral Santiago, el Grupo de Los Doce, el grupo Cubana de Acero, el Teatro de Participación Popular y el Teatro Cinco. En todos ellos se aprecia una constante búsqueda por un lenguaje propio donde se explora un amplio espectro de formas representativas desde las marionetas, el teatro de la calle, versiones libres de obras pasadas, cubanas o extranjeras, los musicales, la danza-oráculo, al teatro tradicional y el experimental. Éste, a su vez, va desde el Living carente de texto escrito, al teatro participativo donde el público interviene y crea la puesta en escena. Uno de esos casos es El juicio (1973) de Gilda Hernández, llevada a escena por el Teatro Escambray. Esta obra "no existe sin el público" (56) porque de entre la audiencia se elige a los que serán los jueces del caso a presentar, convirtiendo de esa manera al público en personaje. Esta pieza también es un buen ejemplo de la trasgresión del espacio representativo que trueca la sala de teatro por "espacios vivientes" {96) donde la representaci ón, más que espectáculo, llega a ser parte del medio y su sociedad, reafirmando asÃ- el carácter y función social de este teatro. De particular interés es el artÃ-culo "El escenario y la Isla" donde sitúa la dramaturgia de Cuba en un contexto más amplio como el Caribe, una zona marcada por "las luchas de los imperios" (139) y de cuyo "cruce de etnias y culturas resulta una cultura otra, un tercer lenguaje que ya no es del dominador ni del vencido sino un producto cuya naturaleza tiene un valor sincrético" (151), sincretismo que se proyecta en su teatro. Considera que el inventario de obras serÃ-a sumamente rico y heterogéneo si se cuenta la diversidad de culturas que allÃ- convergen asÃcomo...