El Abraham de Nuevo México: La exposición del diputado Pedro Baptista Pino by Eduardo Garrigues (review)

Ante la lectura de los documentos que presenta Eduardo Garrigues, el amante de manuscritos, temas, asuntos, pormenores y vaivenes de la época colonial del Norte de la Nueva España se transporta a los rincones de Nuevo México y experimenta el encanto incipiente de esta tierra nuevomexicana.

Garrigues da a luz no solamente la escritura de Pedro Pino, sino que presenta un retrato de este oficial que se llega a apreciar de manera íntima. El escritor logra acercar al lector a este personaje histórico a través de su experiencia directa en Nuevo México y, específicamente, su visita al Rancho de las Golondrinas, donde conoció a doña Concha Ortiz y Pino, descendiente del mismo Pedro Baptista Pino. Además de esta experiencia directa de Garrigues, el lector participa mentalmente en la ceremonia del primer matrimonio de Pino con María Manuela Rafaela Gabaldón en 1772, en Santa Fe. Después de este primer enlace matrimonial, Pino se casaría dos veces más. Su segunda esposa sería María Lutgarda de La Luz Lucero, y Ana María de La Luz Baca, la tercera. Pero, a pesar de que Garrigues ofrece estos datos personales sobre el personaje histórico, su enfoque primordial es la Exposición de Pedro Pino.

El pequeño Pedro Pino, nacido en 1752 en Tomé, Nuevo México, creció ante los cambios políticos que estaban explayándose desde Europa con la Revolución Francesa (1789–99) y la decadencia del imperio español, que comienza con la derrota de la Armada Invencible en 1558 y sigue en el XIX, culminando con la pérdida de Puerto Rico, Cuba y Las Filipinas en 1898.

El destino de Pedro Pino estaba marcado para destacarse en las Cortes de Cádiz. Fue en julio de 1812 cuando Pino llega a Cádiz, después de haber hecho un recorrido de Santa Fe a Chihuahua y de ahí a Veracruz. Garrigues ofrece algunos datos sobre la vida de Pino en Cádiz—el mismo lugar donde los socios de Pino lo habían “rebautizado” como “el Abraham de Nuevo México”—después de lo cual alude al regreso de Pedro Pino a Santa Fe y apunta hacia un matiz de desilusión en este, al darse cuenta de que Fernando VII proponía abolir el trabajo que se había logrado durante la convocatoria de las Cortes de Cádiz en 1810. Así, Garrigues concluye su prólogo y nos adentramos a la Exposición directamente de Pedro Pino. Cuando el lector se involucra en esta Exposición, la lectura se convierte en una jornada llena de matices de ese pasado tan lejano y a la vez tan presente, cuyos vaivenes están enlazados entre estas líneas de realidades e intranquilidades documentadas por el Abraham de Nuevo México.

Ante los detalles del manuscrito, vale la pena acentuar el hecho de que Pedro Pino nos ha dejado un escrito en que resalta concretamente sus inquietudes durante su carrera como oficial gubernamental. Para los historiadores y los estudiosos experimentados de la narrativa colonial, este trabajo será una lectura sin complicaciones. Además, es un trabajo que puede funcionar como texto esencial para los alumnos de las clases de historia colonial de la América Septentrional. Un mérito fundamental de este trabajo que ha logrado Garrigues es el hecho de que es una edición bilingüe: los alumnos en cursos de español o clases dictadas en inglés tendrán la oportunidad de aprovechar este texto, que puede complementar otros textos en cursos universitarios graduados o subgraduados.

Para picarles la curiosidad, los futuros lectores leerán sobre la necesidad que expresa Pino de establecer presidios para proteger la provincia de los gentiles (indios) que estaban recibiendo armas de fuego de los Estados Unidos o peticiones para apoyar a religiosos...