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¿ADIAPHORA EN SAN AGUSTÍN? Por MANFRED SVENSSON Introducción La noción de cosas indiferentes (adiaphora) ocupa un lugar no del todo marginal en la historia intelectual de Occidente. Pues si bien es cierto que no estamos con ella ante uno de los hilos conductores de la historia de la filosofía, la idea de que existan ciertas cosas, actos o doctrinas indiferentes evidentemente se relaciona con muchos de los grandes temas de la tradición filosófica: la demarcación de algo como indiferente puede ser el camino para detectar por vía negativa lo que sí importa, y puede también desempeñar un significativo papel en la fundamentación de la tolerancia. El presente artículo busca sacar a la luz la posición de Agustín ante las distintas ramificaciones del problema. Algunas observaciones sobre sus antecesores y sucesores en la discusión sobre lo indiferente servirán para introducirnos al tipo de problemas en que esta noción desempeña algún papel. Se suele identificar la noción de adiaphora en primer lugar con el estoicismo.1 Es aquí donde aparece por primera vez la idea de que es posible realizar una delimitación bastante nítida entre cosas necesarias y cosas no necesarias: "Vida-muerte, reputación-falta de reputación, placer-dolor, riqueza-pobreza, salud-enfermedad y lo similar a esto,"2 tal es el tipo de cosas identificadas como adiaphora por los estoicos. Es el estoicismo el que ha permitido que las cosas o estados indiferentes se convirtieran en un tópico de algún rango en la historia de la filosofía. Una parte considerable de dicho impulso inicial se debe, desde luego, al modo en que el estoicismo fue recibido por los padres de la Iglesia. Pero si bien podía resultar natural a los padres simpatizar con la indiferencia estoica ante los bienes externos, esto iba de la mano con una crítica igualmente radical al ideal estoico de autosuficiencia sobre el que dicha indiferencia descansa. Así, no ha de extrañar si encontramos en Agustín una actitud ambivalente ante este concepto. 1 Por esta vía tal idea ha entrado también desde temprano en la tradición cristiana, cf. James L. Jaquette, Discerning What Counts: The Function of the Adiaphora Topos in Pauts Letters (Atlanta, 1995). La presente investigación ha sido posible gracias al financiamiento del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico, FONDECYT, proyecto N" 11090189. "La distinción entre cosas indiferentes (adiaphora) y necesarias: un paradigma de la modernidad temprana en la obra de Melanchthon y Locke." 2 Estobeo, Eclogae 2, 57. Utilizo la traducción de Marcelo Boeri, Los estoicos antiguos (Santiago de Chile, 2004), 203. 32traditio Si avanzamos de los estoicos y Agustín al siglo XII, vemos que la noción de adiaphora vuelve a adquirir ahí preponderancia, pero dentro de un problema filosófico distinto de aquél que había dado relevancia inicialmente a la noción. Pues si en el caso del estoicismo se puede hablar de cosas o estados indiferentes, será luego la idea de que existan actos indiferentes lo que se vuelve relevante: la idea de que el acto externo es en sí mismo indiferente, y que adquiere su valor positivo o negativo sólo por la conciencia del que actúa. Tal internalismo e intencionalismo es una nota común de casi todo el pensamiento del siglo XII, pero cobra particular fuerza y precisión a partir de Abelardo y la discusión sobre las tesis de éste en Pedro Lombardo y sus comentadores. Pero si bien ambas partes, Abelardo y sus contendores, tienen a Agustín por fuente, no poseemos estudios adecuados sobre la noción de actos indiferentes en la obra de éste. Pero la noción de adiaphora no sólo es relevante en la recepción patrística de ideas estoicas y en la especificación escolástica de la naturaleza del acto moral, sino que lo es también en lo que se podría denominar el adiaphorismo de la modernidad temprana. Un adecuado modo de introducir el papel que desempeña ahí la noci...

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