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YYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY APOSTILLAS A ESCARRAMÁN EN EL TEATRO AURISECULAR FERNANDO RODRÍGUEZ MANSILLA HACE poco apareció el interesante volumen La tradición escarramanesca en el teatro del Siglo de Oro de Elena Di Pinto (2005), el cual reúne por primera vez el corpus dramático en torno al célebre personaje del jaque Escarramán, compuesto por la comedia semiburlesca El gallardo Escarramán de Alonso J. de Salas Barbadillo, el anónimo Auto sacramental de Escarramán y la comedia burlesca Los celos de Escarramán, que la autora de la investigación atribuye, con razonables argumentos, a Quiñones de Benavente. El objeto principal de La tradición escarramanesca se centra en el rescate y la edición de textos, algunos de ellos sepultados en fondos bibliográficos y nunca antes editados modernamente , que suponen un aporte sustancial al estudio de este personaje, a caballo entre el folclor, la literatura y también la historia (se dice que pudo ser un delicuente activo en Sevilla a fines del XVI). Así, a la luz de la investigación de Di Pinto, la Carta de Escarramán a la Méndez de Quevedo, por ejemplo, es solo la punta del iceberg en torno al famoso jaque, cuya presencia en textos de toda índole (como lo demuestran los documentados apéndices del libro), tanto como baile y como personaje, da cuenta de su enorme vitalidad a lo largo del siglo XVII. Además de las piezas dramáticas ya mencionadas, se incorporan cinco apéndices: el primero reúne composiciones literarias (romances, entremeses, poemas “a lo divino,” etc.) en los que aparece Escarramán como personaje o como baile; en el segundo, textos donde el jaque es citado como personaje o donde se citan versos de la famosa Carta de Escarramán quevediana ; en el tercero se presentan textos con referencias a Escarramán como baile popular; en el cuarto diversos testimonios (mayormente cartas y relaciones) donde se menciona a Escarramán; en el quinto apéndiYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY 21 ce se edita la curiosa comedia burlesca cuyo título, Escarramán, opera como un simple reclamo, pues nada en su argumento apunta al jaque (ni como personaje ni como baile), dando fe así del gancho comercial que adquiere el nombre a mediados del XVII. En lo que respecta al vocablo “Escarramán,” Di Pinto señala que no aparece ni en el Tesoro de Covarrubias ni en Autoridades, salvo en el Vocabulario de refranes y frases proverbiales de Correas, donde ya figura como frase hecha (“A lo escarramado y a lo valiente…”, núm. 5301 ). En los diccionarios modernos el vocablo ha consolidado su doble dimensión de baile y personaje, que tanto se explotó en el Siglo de Oro: “Baile del siglo XVII en que se cantaba el romance de germanía alusivo a Escarramán,” como reza la edición del DRAE de 1925, la primera que incluye la palabra. La lectura de La tradición escarramanesca resulta sumamente provechosa , no obstante se echa de menos por momentos un criterio de modernización ortográfica un poco más sistemático, así como una anotaci ón más detenida en versos cuya lectura presenta ciertas dificultades. Sin pretensiones de exhaustividad en tan breve espacio, sino tan solo con criterio ilustrativo, apunto (a manera de addenda) algunos de los lugares más notables a los que convendría nota filológica o una ampliaci ón de la ya ofrecida por Di Pinto, que es por lo general atinada. Asimismo , observo aquí errores ortográficos solo cuando arriesgan en demasía la comprensión literal de algún verso. El gallardo Escarramán de Salas Barbadillo (pp. 52-163): incluida en el libro El subtil cordobés Pedro de Urdemalas de 1620, es una comedia en la que Escarramán burla al ridículo galán don Lázaro (su nombre agregado al “don” ya es una contradicción) y luego al primo del mismo, que intentaba vengar la afrenta primera. Luego Escarramán cae preso y es condenado a la horca, aunque es salvado por la Méndez, quien se casa con él. La boda del jaque y su daifa...

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