Abstract

El artículo elabora dos tipos de cosmopolitismo que se enfrentan en la novela de Vargas Llosa y expone la crisis hospitalaria a la cual ambos se prestan: el cosmopolitismo de la igualdad propuesto por Flora Tristán –basado en principios éticos e implementable por medio de la acción política—y el cosmopolitismo de la diferencia defendido por Paul Gauguin, proyecto que involucra una estética de lo exótico. Se muestra como se arma entre ambos un contrapunto estructural pero cómo a la vez divergen en términos históricos.

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