Abstract

This essay argues that in the early Porfiriato Mexican officials deftly negotiated the pace and sequencing of the country's reinsertion in the world economy. Despite the government's financial weakness, officials flouted international conventions and obtained the foreign capital necessary to spark growth before settling the foreign debt, in default for more than fifty years. Rather than simply accommodating powerful private financial interests, the government's plans and policies often provoked conflict with its bankers and creditors. However, by employing a wide set of strategies that ranged from manipulating competitors to selectively not enforcing agreements to exploiting nationalist sentiment among local elites, Mexican policymakers preserved their autonomy and advanced a coherent set of policies. In addition to successfully exploiting international capital markets, the Mexican government also successfully maneuvered to establish a more competitive local market. The government's ability to exploit these capital flows, without undermining domestic support, helps explain the regime's early economic growth and political resilience. The findings of this essay extend to the financial realm previous historical scholarship that has noted that the early Porfirian regime enjoyed a surprising degree of autonomy from its economic partners.

RESUMEN: Este ensayo argumenta que, en el período temprano del Porfiriato, las autoridades mexicanas negociaron deliberadamente el ritmo y la secuencia con los que el país se reinsertara en la economía mundial. A pesar de la debilidad financiera del gobierno, las autoridades desafiaron convenciones internacionales y obtuvieron el capital extranjero necesario para estimular el crecimiento económico antes de pagar la deuda externa que se hallaba en default por más de cincuenta años. En vez de simplemente acomodarse a los poderosos intereses financieros privados, los planes y las políticas gubernamentales usualmente provocaron conflictos con banqueros y acreedores. Sin embargo, al combinar varias estrategias, desde la manipulación de competidores hasta la elección de no honrar ciertos acuerdos y explotar los sentimientos nacionalistas entre las elites locales, los políticos mexicanos preservaron su autonomía y lograron avanzar un conjunto de políticas coherentes. Además de explotar los mercados de capitales con éxito, el gobierno mexicano también incrementó la competitividad del mercado local victoriosamente. La habilidad del gobierno de explotar estos flujos de capitales sin desestimar el soporte doméstico ayuda a explicar el crecimiento económico y la fortaleza política del período temprano del régimen de Porfirio Díaz. Los hallazgos de este ensayo contribuyen a la literatura histórica y financiera que notara que el mismo gozó de un sorprendente grado de autonomía frente a sus seguidores económicos.

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