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¿QUÉ FUE ANTES, EL HUEVO O LA GALLINA? ENRIC PRAT DE LA RIBA Y LA NACIONALIDAD CATALANA por Alfredo J. Sosa-Velasco University of North Carolina at Chapel Hill TRAS las elecciones de 1869 y la proclamación de la I República española en 1873, aparecen en Cataluña diferentes propuestas políticas que ponen de manifiesto un cambio en la conciencia catalana. Mientras Francesc Pi i Margall (1824-1901) defendió un federalismo basado en términos de universalidad y democracia, Valentí Almirall (1841-1904) sostuvo un federalismo que tenía sus raíces en el particularismo cultural y en las tradiciones locales. El gobierno de la provincia de Barcelona consideró proclamar un estado catalán para iniciar la federación de España, proyecto del cual fue rápidamente disuadido. A pesar de la restauración de la monarquía, el federalismo republicano continu ó siendo importante como fuerza política en Cataluña. Durante la década de los 1880 tuvo lugar una serie de congresos catalanistas (el primero en 1880 y el segundo en 1883) que intentaron presentar una síntesis de las diferentes caracter ísticas del catalanismo. Como resultado se acordó establecer la Acadèmia de la Llengua Catalana para estandarizar el catalán; se adoptó una política de defensa del derecho civil catalán; se fundó el Centre Català, cuerpo de coordinación de las organizaciones catalanistas; se discutió el estatus de cooficialidad que debía tener el catalán junto al castellano y se proclamó a Catalu ña como entidad política con competencias sobre las divisiones administrativas provinciales del gobierno de España. Se logró convertir, entonces, el catalanismo en un movimiento político coherente.1 En cuanto al grado de aceptación o de institucionalización del catalanismo como iniciativa política hay que decir que éste tuvo una mayor trascendencia legal tras la publicación de La 175 nacionalitat catalana (1906) de Enric Prat de la Riba (1870-1917), después de la redacción de las “Bases de Manresa” (1892) y del “Memorial de Greuges” (1885), pues pasaron sólo ocho años desde que se publicó la obra de Prat de la Riba para que se observara un resultado práctico con la creación de la Mancomunitat (1914). Como afirma Montserrat Reguant, con Prat de la Riba las ideas no quedaron en palabras sino que llegaron a la acción, pues para él la Mancomunitat fue el comienzo de la autonomía de Cataluña (113).2 La figura de Prat de la Riba aparece en este contexto como uno de los jóvenes fundadores de la Lliga regionalista de Catalunya formada en 1889, en colaboración con el Centre Català, para promover el derecho civil catalán. Prat de la Riba es la figura dominante de la política catalana de entonces y el ideólogo de este partido nacionalista que propugnaba la formación de una Federaci ón española. En 1894 Prat de la Riba y Pere Muntanyola escribieron el Compendi de doctrina catalanista – una suerte de catecismo donde se sistematiz ó el espíritu catalanista –, y en 1906 Prat de la Riba publicó su libro La nacionalitat catalana.3 En estas dos obras, llama la atención sobre todo el empleo de los términos “patria” y “nacionalidad” a la hora de referirse a “un esp íritu colectivo” o un “alma nacional” catalanes, utilizados de manera similar a Ernest Renan (1823-1892), quien en 1882 había afirmado que “[a] nation is a soul, a spiritual principle” (19).4 Más aún, es interesante observar que Prat de la Riba emplea sólo el término “nación” cuando habla del nacionalismo pol ítico dentro de los Estados unitarios y compuestos, usando el término “nacionalidad ” para los demás casos. Surgen así inevitablemente las siguientes preguntas : ¿Qué es la “nacionalidad” catalana? ¿Es acaso el término “nacionalidad ” sustituible por el de “nación”? ¿Qué razón mueve a Prat de la Riba a usar el término “nacionalidad” cuando es el de “nación” el empleado en el discurso político de finales del siglo XIX?5 Mi objetivo es responder...

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