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  • La diáspora cubana en México: terceros espacios y miradas excéntricas
  • Eliana Rivero
Keywords

Eliana Rivero, Tanya N. Weimer, La diáspora cubana en México: terceros espacios y miradas excéntricas

Weimer, Tanya N. La diáspora cubana en México: terceros espacios y miradas excéntricas. New York: Peter Lang, 2008. 192 pp.

La idea en que se centra el presente libro radica en una conceptualización que pocos rechazarían y que no se ha analizado muy en detalle hasta la actualidad: hay otros espacios más allá del eje La Habana–Miami donde no solo puede hallar asiento y florecer la diáspora cubana, sino donde asimismo se amplía y diversifica el estudio de la producción cultural fuera de la isla. Dichos espacios se encuentran [End Page 292] en varios lugares del planeta, como España o Canadá, pero como lo proclama el título, Weimer dirige su mirada a México, sitio geográfico que permite una perspectiva diferente, fuera de extremos estereotípicos y por ello ex-céntrica, localizada en un país que mantiene una amistad crítica con Cuba.

El texto de Weimer, que evidentemente constituyó una disertación doctoral (en ciertas páginas incluso se alude a “esta tesis”), está construido sobre la base de cuatro capítulos con múltiples acápites. El primer capítulo se dedica a explorar la Cuba “de fuera” a partir de concepciones generalizadas sobre la diáspora y sus discursos, en apartados como “Culturas móviles: diáspora, globalización, transnacionalismo” y, más específicamente, “Cuba: cultura revolucionaria y migración”. En las subdivisiones I y II de este último apartado se perfila una historia política de la Revolución Cubana y sus etapas para el lector no tan familiarizado con el tema, analizando hitos culturales e intelectuales que definen el entorno desde el cual fluye la emigración ex ínsula.

La autora expresa su intención de enfocar una migración lateral, de Cuba a México (países que comparten la cultura y lengua hispanas, así como la situación hemisférica en la cuenca del Caribe y las costas del Golfo), para considerar cómo la producción cultural de los cubanos residentes en territorio mexicano percibe ese espacio como uno abierto al diálogo, creando imágenes que se conectan con La Habana y con Miami, y que a la vez recorren el globo. Por ello, los textos que se examinan en los capítulos tercero y cuarto del libro (Informe contra mí mismo de Eliseo Alberto y Livadia de José Manuel Prieto), según la autora, se cuestionan constantemente sobre el dónde y el cuándo de su producción y sobre su posible recepción frente a los discursos dominantes que se producen en los espacios de Cuba y los Estados Unidos. Weimer ilustra también la existencia de terceros espacios discursivos dentro de las fronteras geográficas de los dos países en ese eje Norte–Sur, e identifica activistas, artistas e intelectuales que perturban los discursos dominantes “en esos lugares sin necesariamente acatar al discurso del opuesto” [sic], encontrando “zonas de resistencia dentro de la solidaridad” y viceversa.

La idea de excentricidad es un tema dominante, ya que México comparte su exterioridad respecto al mencionado eje central con otros países y ciudades con notables poblaciones de origen cubano, sitios donde —concuerda la autora con Rafael Rojas en El arte de la espera— los intelectuales cubanos piden prestada o roban “alguna zona del espacio público”, sobre todo a partir de 1989, con el derrumbe del bloque socialista en Europa. En ese mismo año, por ejemplo, se promocionó el arte de la isla dentro de México con el proyecto Ninart, que presentaba obras de artistas que residían tanto dentro como fuera de Cuba, sin distinguir su procedencia en los catálogos, y que tuvo grandes repercusiones en la plástica y en la crítica.

El segundo capítulo, “El discurso cubano–mexicano”, explora la tradición de [End Page 293] asilo e inmigración intelectual entre México y Cuba y...

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