Reforma en los currículos de lenguas modernas en la educación superior

1. Las reformas en los estudios universitarios: objetivos, tendencias y necesidades.

Cada vez que se acomete una reforma en la educación superior, comienza paralelamente un proceso de reflexión profunda sobre la esencia propia de la Universidad, tanto en lo que se refiere a su misión en la sociedad como a su propia esencia, objetivos, organización y estructura interna. Si bien estas reformas son fruto de una necesidad previamente detectada y de unas carencias que han aparecido previamente, es en el momento de su realización cuando se llega al centro de la cuestión y cuando no solamente se perciben los problemas formales o las consecuencias de determinados planteamientos teóricos, curriculares e institucionales, sino también sus causas; cuando los intereses que están en juego se hacen patentes y cuando todas las fuerzas implicadas en la educación superior formalizan sus opiniones, sus necesidades y sus perspectivas sobre las posibles soluciones para las necesidades creadas por el status quo actual.

La educación superior tiene siempre un peso importantísimo por su repercusión en todos los factores de la sociedad: en la educación primaria y secundaria, ya que en las universidades se forman los docentes; en la ciencia y la investigación; en la innovación tecnológica; en el mundo empresarial; en las cualificaciones profesionales; en política y administración interior; en las relaciones internacionales, etc. Es por eso por lo que a la hora de realizar reformas universitarias no solamente entran en juego las cuestiones puramente académicas y de investigación sobre las materias que se incluyen en los planes de estudios, sino muchas más. Las dos principales tendencias que se reconocen en todas las reformas universitarias son siempre la académica y la profesional. Las tendencias académicas suelen defender los estudios de grado o licenciatura como una preparación básica pero especializada para los posteriores estudios de máster o doctorado, mientras que las profesionales son más partidarias de una formación orientada hacia la futura incorporación de los estudiantes al mundo laboral, su capacitación científica y técnica para los trabajos que desempeñarán y por lo tanto de un enfoque más práctico, más generalista y más adaptable en los primeros ciclos de los estudios universitarios.

En el caso de las lenguas modernas también nos encontramos con estos mismos enfoques y tendencias, tanto en los Estados Unidos como en Europa. Los partidarios de un enfoque puramente académico de las reformas en los planes de estudios proponen unos estudios más interdisciplinares en los que los futuros traductores, profesores, intérpretes, editores, agentes de relaciones internacionales, o de los cuerpos y fuerzas de seguridad estatales que vayan a trabajar en el mundo internacional puedan tener un conocimiento amplio de las culturas con las que se relacionarán, más allá de la comprensión de los mensajes lingüísticos en su sentido estricto y literal. Ciertamente, una vez que las reformas de los planes de estudios avanzan, ambas tendencias se coordinan y suelen convivir en los productos finales que se ofrecen a la comunidad universitaria, por más que una u otra tendencia sean más relevantes en el proceso de su creación y en los trabajos y negociaciones que se hayan llevado a cabo.

Finalmente hay que decir que, en muchos casos, a la hora de revisar los currículos universitarios entran también en juego otros factores puramente organizativos, que van desde la demanda de cursos por parte del alumnado hasta las plantillas orgánicas de personal en los departamentos, las líneas de investigación que se han desarrollado hasta ese momento en los departamentos o la tradición de la propia facultad o escuela universitaria en la que se vayan a impartir los estudios que se están reformando. Este tipo de cuestiones, aunque no estén directamente relacionadas con los...