Abstract

Basándose en su experiencia como regidor de Córdoba, don Iuan de Castilla y Aguayo escribió el diálogo El perfecto regidor (1586). El regidor se inscribe dentro del grupo de los gobernantes, debe concentrarse únicamente en "la buena gouernación, y prouecho de la republica" y no debe por lo tanto aplicarse al cabildo la disposición, común en la Corte, según la cual el noble pretende cargos y pensiones movido por su propio interés y no por el beneficio común. El diálogo El perfecto regidor completa las virtudes cardinales, pautas de comportamiento tradicionales del Espejo de Príncipes, de una forma menos religiosa y ética y más pragmática y práctica, en el contexto de la comunicación y la interacción. Así, la fortitudo se explica como la facultad de conservar el poder y de saber valorar la opinión pública, garante de la reputación.

Es evidente que la figura del regidor se tematiza de forma similar también en la literatura de ficción, como, por ejemplo, en la Segunda Parte del Lazarillo, en La vida y hechos de Estebanillo González, en los entremeses La elección de los alcaldes y El retablo de las maravillas de Cervantes, en la mojiganga El regidor de Francisco Bernardo de Quirós y sobre todo en el teatro de Lope de Vega. (CS)

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