In lieu of an abstract, here is a brief excerpt of the content:

282BCom, Vol. 37, No. 2 (Winter 1985) RUIZ RAMÓN, FRANCISCO. Calderón y la tragedia. Madrid: Editorial Alhambra, 1984. 196 pp. Uno de los temas más polémicos en el teatro español, ya sea el clásico o el moderno, es el de la tragedia. Como toda herencia cultural, la duda de si lo nuestro se ajusta o no, o si en el teatro español hay tragedias o no, ha apasionado a los estudiosos del arte dramático. Sin embargo , esta interrogante ha venido contestándose positivamente en los últimos años. Al igual, el gran interés que ha provocado el teatro calderoniano , tan rico dentro de esta vertiente, ha contribuido a una indagación más minuciosa que ayuda a esclarecer muchos aspectos, entre los cuales se encuentra éste. El libro del profesor Ruiz Ramón, ejemplo de esta actitud, procede al estudio de la tragedia en Calderón sin dudar de si ésta sea posible o no. El extenso estudio entra de lleno a discutir dos aspectos fundamentales en la temática calderoniana: el conflicto libertad/destino en El mayor monstruo del mundo, Los cabellos de Absalón y La cisma de Inglatena ; y el honor/tragedia en Secreto agravio, secreta venganza, El médico de su honra y El pintor de su deshonra. Dividido en dos amplios capítulos que reflejan la división de las obras mencionadas, la monograf ía termina con una sección donde se resume claramente todo lo discutido . Una bibliografía selecta cierra el libro. Desde las líneas introductorias se hace clara la intención de Ruiz Ramón, al afirmar que Calderón no es ni dogmático, ni monolítico, ni ideólogo de la Contrarreforma, ni defensor de todos los credos. Esos moldes de cera (quepa decir que Calderón no es el único dramaturgo a quien se los han hecho... basados en lecturas de izquierdas o de derechas ...) los va derritiendo a través del libro y, aunque no es la primera vez que se trata de hacer esto, sí es uno de los intentos más efectivos y sinceros que poseemos hasta el momento. Añádase que es lastimoso, todavía a estas alturas, tener que afirmar que Calderón (léase Lope, Tirso , etc.) pertenece al teatro clásico europeo y que, desde su espacio histórico español, es un hombre de Europa consciente de todos los valores y las crisis de su época. Otro aspecto fundamental mencionado en esta introducción, y que se permea a través del libro, es la relación texto/representación/público. Para él, como para muchos críticos modernos que tienen la oportunidad de ver teatro, la más perfecta lectura del texto es la que exige la «descodificación del sistema total y de la estructura dramática del texto hasta su recodificación escénica, cuyo Reviews283 resultado final es la representación». Permítaseme agregar que el gran obstáculo a este último postulado es la escasez de buenos directores que, a través de su dramaturgia, sepan presentar un dramaturgo vital y polémico y no uno preconcebido por cargas culturales que se encuentran profundamente enraizadas. El primer capítulo, cuyo tono empieza con una discusión de índole un poco tautológica para pasar a una discusión muy fluida y bien documentada , abre con una intencionalidad de definir y de analizar la relaci ón y Ia oposición del eterno conflicto hado/libre albedrío en las tres tragedias que componen el núcleo fundamental. Siguiendo la misma estructura dramática que él percibe en ellas—de que en el principio está el fin, a través de la función del horóscopo, la profecía y el sueño—estas primeras páginas de Ruiz Ramón igualmente revelan sus bases teóricas y sus conclusiones: como Ia construcción del desplazamiento de la acción dramática, análoga a la de la tragedia griega, refleja una serie de relaciones dialécticas y consecuencias que Calderón fijaba «entre el qué y el cómo»; y como el «héroe tr...

pdf

Share