Abstract

En este ensayo se analiza la forma en que el travestismo desnaturaliza el concepto binario del género. Este proceso se ejemplifica en La vida es sueño de Pedro Calderón de la Barca a través del personaje de Rosaura quien no sólo aparece travestida, sino también se autoconstruye como un elemento de disrupción que no puede considerarse ni masculino ni femenino; se trata por lo tanto de un tercero que no conforma una nueva categoría de género aunque cuestiona la validez de las dos categorías existentes y las desenmascara como producto de una construcción cultural. Este concepto desnaturalizador de las rígidas categorías del género puede también transferirse a otros espacios sociales en los que se puede cuestionar de manera similar el esencialismo de las normas sociales. Esto es lo que hace Ribete, el sirviente de Leonor en Valor, agravio y mujer de Ana Caro, quien cuestiona los altos valores que la sociedad le asigna a la nobleza y a la clase alta mientras que considera a los miembros de la clase baja como individuos sin morales y sin honor.

Por otra parte, se analiza la forma en que el travestismo—al permitir al personaje femenino la posibilidad de pasar de objeto del deseo a sujeto, el acceso al poder tanto del discurso como de la mirada y la defensa activa de su honor—propicia el surgimiento de cierto nivel de agencialidad en este personaje, tal como lo experimenta Leonor en Valor, agravio y mujer.

Se analiza además la forma en que la sociedad hace un esfuerzo por restar importancia al acto de travestirse al interpretarlo únicamente como un medio para alcanzar un objetivo determinado, en este caso, la defensa del honor. La fuerza principal del travestismo no se encuentra en el objetivo que alcanza sino en su resistencia a la claridad y a la definición. Por lo tanto, resulta fundamental detenernos a analizar la forma en que este proceso permite al personaje experimentar posibilidades, acciones, miradas y todo tipo de dementos que forman parte de la construcción de la identidad y que este personaje no podría experimentar desde la rigidez del patrón binario de la construcción patriarcal del género.

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