Abstract

La última escena de Los comendadores de Córdoba puede llevar al espectador o al lector a la conclusión de que el dramaturgo se ha limitado a presentar en esta comedia la «famosa hazaña» que el héroe de la misma ha llevado a cabo en la reivindicación de su honor. Sin embargo, un análisis detenido de la pieza invalida tal conclusión. Dicho análisis ha de tener en cuenta, al menos, estos factores: 1) el «juego de los puntos de vista», que implica el de todos los personajes del drama (no sólo el laudatorio del Rey y de los nobles en la escena final), y también el del espectador, que, como el del dramaturgo, es integral; 2) las diferentes actitudes de los personajes respecto al amor (con sus contraposiciones y paralelismos irónicos a lo largo de la acción dramática) y la mayor o menor importancia que en tales actitudes juega la razón, cuya amplia esfera conceptual es en el teatro de Lope clave para captar su postura ante los casos de honor.

Así, las conclusiones que se desprenden no resultan tan claras, o, al menos, están teñidas de una inquietante ambigüedad, quedando en entredicho esa «fama eterna» que ha obtenido el Veinticuatro mediante su venganza.

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