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Reviewed by:
  • Tales of Seduction: The Figure of Don Juan in Spanish Culture
  • Luis Fernández Cifuentes
Sarah Wright , Tales of Seduction: The Figure of Don Juan in Spanish Culture. Preface by Juliet Mitchell. London: Tauris Academic Studies. 2007. xvii + 285 pp. ISBN 978-1-84511-477-0.

En un notable estudio del año 2000, Sarah Wright había indagado la función del 'trickster' en el teatro de García Lorca. En este nuevo libro, la mítica figura de Don Juan se revela como el 'trickster' por excelencia. Lo atestiguan su capacidad inagotable de transformación; su condición de 'lord of the border' (12), en tránsito irreprimible por las fronteras que en cada época pretenden condicionarlo. La profesora Wright quiere aquí reconocer y analizar 'the shifting projections of meaning that centre in the figure of Don Juan' (22) durante los últimos cien años en diversos tipos de textos y espectáculos: el teatro, desde luego, pero también la narrativa, el ensayo, el cine, la ópera e incluso la comunicación electrónica (en la introducción). No se trata, sin embargo, de un recorrido erudito, sino de cinco exploraciones en cinco momentos históricos que se distinguen tanto por ciertas reflexiones sobre la identidad nacional como por la demarcación (o el cuestionamiento de la demarcación) de los géneros sexuales. En esos momentos, se confirma, se rechaza o simplemente se pone en tela de juicio el valor de don Juan como paradigma de la virilidad nacional.

En el capítulo primero, el concepto de degeneración, que Max Nordau puso en circulación durante el fin de siècle, gobierna el análisis de un relato de Blanca de los Ríos publicado en 1907, Las hijas de Don Juan. La escritora – que perteneció a la generación del 98 y fue mejor conocida como erudita en la obra de Tirso de Molina – despliega en esta obra un exaltado patriotismo, un conservadurismo feroz y un cultivo contra natura de los 'negative stereotypes of femininity' (38) que lastraron la época. De los Ríos entendió que el Don Juan del siglo XVI fue uno más de aquellos productivos conquistadores que engendraban a su paso nuevos linajes; en cambio, el nuevo, degenerado Don Juan, apenas 'a mediocre alcoholic womanizer of Restoration Spain' (27), sólo deja a sus hijas un fruto de enfermedades mortales (y morales) que ellas no logran (ni siquiera intentan) superar.

El segundo capítulo explora de forma compleja y matizada un nuevo avatar de Don Juan en los años 20 y 30. Son, significativamente, los años de la Belle Epoque, de creciente liberación femenina y borroso deslinde entre los géneros sexuales. En esa coyuntura, Don Juan es ya menos un mito de rebeldía social o religiosa que un presunto prototipo masculino. Atrae, como tal, la atención de la medicina, sobre todo de biólogos y psicoanalistas: el implacable relato de Don Juan es entonces menos importante que la fisiología que lo sostiene; es decir, sus peculiaridades biológicas y psicológicas, la condición mental y glandular que explican tan insaciable actividad sexual. El Dr. Marañón – endocrinólogo, pero versado a la vez en literatura e historia y preocupado hasta la obsesión por la identidad nacional y por el papel que en ella corresponde al género sexual – considera que la mujer, biológicamente predestinada a la procreación, no puede dejar de consagrarse primordialmente al sexo; la madurez masculina – es decir, la del hombre bien diferenciado – se caracteriza, en cambio, por la sublimación del sexo en actividades sociales, políticas, intelectuales, militares, etc. Desde este punto de vista, Don Juan no puede ser un paradigma de masculinidad sino de inmadurez, de ambivalencia: su inextinguible atención al sexo lo delata como adolescente tardío, de sexualidad todavía no diferenciada; es un hombre afeminado que no ha logrado reprimir o sublimar su componente femenino. Ese Don Juan, a la vez estéril y extranjero, encarna no el paradigma de la comunidad nacional sino el de los conflictos que la afligen; es un modelo de la falta de...

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