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  • Signa Iudicii: Orígenes, fuentes y tradición hispánica by Estefanía Bernabé Sánchez
Bernabé Sánchez, Estefanía. Signa Iudicii: Orígenes, fuentes y tradición hispánica. Fédéation Internationale des Instituts d'Études Médiévales, 2020. ISBN: 978-2-503-59342-5.

Una monografía consagrada al estudio de un aspecto particular de la historia cultural en su desarrollo a través de los siglos merece ser acogida con toda expectación; y es que el enfoque cuenta con notables precedentes. Pensamos, por ejemplo, en La idea de la fama en la Edad Media castellana de María Rosa Lida, El pequeño mundo del hombre de Francisco Rico, o La transformación de los amantes de Guillermo Serés. Por su parte, Bernabé nos presenta en este libro, resultado de su premiada tesis doctoral (VIII Premio Internacional de Tesis Doctorales 2018, Fundación Ana María Aldama Roy de Estudios Latinos), un recorrido por la tradición de un tema escatológico de largo alcance: el de los signos que precederán al fin de los tiempos.

Al asunto se le dedican ocho capítulos de distinto tenor. Tras unas "Consideraciones iniciales," el primero, "El fin de los días: rasgos del pensamiento escatológico," se ocupa de encuadrar la cuestión en su marco, tanto conceptual—con aclaración de una serie de términos concernidos—como histórico—con breve recorrido por sus testimonios en las distintas civilizaciones, desde los albores de la humanidad hasta el umbral de la Edad Media. El segundo capítulo, "El juicio final," describe la presencia de este motivo en la cultura egipcia, a la que se hacen remontar en última instancia sus manifestaciones en las religiones posteriores.

Los tres capítulos siguientes conforman un bloque relativamente unitario destinado a rastrear "Las raíces de la leyenda: antecedentes," según reza el título del primero de ellos, a nuestro juicio uno de los más interesantes del libro. En él se aborda en detalle la tradición cultural y textual de las antiguas sibilas, con análisis respectivos de su naturaleza y función en el mundo grecorromano, de los libros y oráculos sibilinos y de la adopción y uso de la materia por parte de los autores cristianos, desde el acróstico de los Oracula Sibyllina o el Pastor de Hermas (siglo II) hasta Calderón de la Barca, pasando por varios Padres de la Iglesia, el Canto de la Sibila medieval, Anselm de Turmeda y Gil Vicente.

Al tema podemos aportar desde aquí un detalle quizá menor, pero ilustrativo en todo caso de la transmisión medieval de esta materia en la Península, a saber: el breve pasaje en torno a la reina de Saba interpolado por Lucas de Tuy (a la que es su fuente en ese tramo del relato, la Historia scholastica de Pedro Comestor) en Chronicon mundi, I.46, líneas 39-40: "Hec regina Sibilla dicta est, quia sapientes femine hoc nomine antiquitus dicebantur." [End Page 227]

En los dos capítulos siguientes, "La base de la leyenda de los signa iudicii" y "La materia gaélica, posible eslabón entre el acróstico sibilino y la leyenda," la autora atiende más directamente a las posibles vías de trasmisión de la materia en cuestión desde la época antigua a la medieval. En el primero de ellos, el cuarto del libro, Bernabé nos informa sobre los otros dos textos que están en el origen de la tradición de los signa, esto es, los respectivos apócrifos Libro IV de Esdras (siglo I) y Apocalipsis de Tomás (siglos III-IV), y examina un aspecto peliagudo: el posible papel mediador de san Jerónimo en la divulgación de la leyenda, a través de un texto conjetural a él vinculado y que hoy estaría perdido, texto invocado con frecuencia por los autores medievales pero rechazado en general por la crítica, y por cuya existencia la autora sí parece decantarse (162). En la misma línea, el quinto capítulo está dedicado a defender otra de las hipótesis que plantea la obra: la función de "bisagra" que habría ejercido la cultura irlandesa altomedieval en la transmisión de la leyenda, con aportación incluida de interesantes textos gaélicos.

Antes de enfrentar las tradiciones latinas y peninsulares de los signa, el capítulo séptimo ("Pecado—culpa—contrición: la construcción del factor miedo") supone un marcado cambio de tercio—aunque su orientación repercute un poco por doquier en la obra—, toda vez que en él la autora trata de interpretar, en clave antropológica e histórica, el sentido y alcance de la leyenda. A nuestro entender, es esta la sección menos convincente del libro, en exceso deudora de una concepción un tanto prejuiciosa y acrítica de las motivaciones últimas de la Iglesia (aun en su dimensión más institucional), aquí reducida, en bloque, a "oficialismo religioso" y "proselitista," cuyo único fin sería el de tratar a toda costa de atemorizar al fiel para "hacerlo entrar en las filas rigurosas del canon católico" (184), como si la doctrina de la Redención no hubiera sido sólidamente expuesta (ver Comissio), ni el "temor de Dios" considerado un don del Espíritu Santo, y como si, de resultas, la razón de ser de la Iglesia no fuera, después de todo, la de hacer entrar al fiel (más bien) en el Reino de los Cielos. De hecho, la propia autora percibe la cierta contradicción que late en su razonamiento cuando reconoce que la doctrina oficial nunca ha favorecido los cálculos escatológicos (209), pues, en efecto, "del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre" (Mt 24.36). En fin, la mentalidad moderna parece estar a menudo desasistida para entender las motivaciones del creyente y el sentido sobrenatural de la religión, y aun siquiera para concebir la posibilidad de que, antes que el "factor miedo" (u otro análogo), lo que pueda operar con frecuencia (al menos alguna vez) sea el "factor fe." En este punto, el libro de Bernabé es también, a su manera, un signo de los tiempos. [End Page 228]

Por fin, los dos últimos capítulos, "La leyenda se afianza: los signa iudicii dentro de la tradición escatológica latina (siglos XI-XIII)" y "Los signos previos al juicio final en la literatura de la península Ibérica," suponen un paseo exhaustivo por las diversas manifestaciones de la materia tanto en la tradición latina occidental—desde el Pseudo-Beda (siglo X) hasta Jacobo de la Vorágine (siglo XIII)—como en la vernácula peninsular, en este caso con desfile de textos no solo romances (Gonzalo de Berceo, Alfonso X, Ramón Llull, Francesc Eiximenis, etc.), que alcanzan el siglo XVII e incluyen hasta un testimonio en vasco o varios estupendos contrafacta, sino también de otras cuantas versiones musulmanas de la leyenda, para cuyo incremento, por cierto, se consultará con provecho el reciente trabajo de Mohanad Al-Ojaimi. Sirva saber, además, que al elenco de las versiones vernáculas de los signa habría que añadir la castellana que figura en el MS BNE 8744 (fols. 173r-174r), datable en el siglo XV y notable por no coincidir del todo, ni en la ordenación ni en el contenido, con ninguna de las latinas o vernáculas conservadas. Por lo demás, el libro se cierra, tras un breve apartado de "Conclusiones," con un cuadro cronológico, la bibliografía y dos índices, uno de autores y otro de manuscritos e incunables.

En lo tocante al diseño, el volumen no es lo que se dice un primor y a su disfrute tampoco ayuda el número de erratas, algo mayor de lo esperable, o algún que otro rasgo de estilo un tanto chocante, particularmente el uso (y aun abuso) de fórmulas del tipo "incursionar en," "caudatario," "redituable," "procura" (como sustantivo), etc. Además, el texto se resiente un poco de su primitiva condición de tesis, con resabios "escolares" que resultan más bien prescindibles en el paso al formato de libro (por ejemplo, aclaración de nociones consabidas, desarrollo extemporáneo de aspectos colaterales, tratamiento demasiado panorámico de cuestiones muy complejas, etc.).

Con todo, ha sido un acierto de la autora el incorporar todos los textos traídos a colación (lástima que, quizá por limitaciones editoriales, los poéticos se presenten a línea tirada), y consideramos uno de sus grandes méritos el haber salvado resueltamente la falsa solución de continuidad que a menudo establecen los estudios medievales entre los siglos, las lenguas, las fronteras o las castas. En definitiva, por la novedad del empeño y la solvencia en el acopio de fuentes, no es arriesgado predecir, en este caso, que Signa Iudicii será de consulta obligada y fecunda para quien desde ahora se ocupe de las postrimerías del mundo en la literatura medieval hispánica. [End Page 229]

Enrique Jerez Cabrero
Universidad Nacional de Educación a Distancia

Obras citadas

Al-Ojaimi, Mohanad Amer Kadhim. "El Día del Juicio y sus señales en la literatura aljamiado-morisca y el islam popular." Forma breve, vol. 16, 2020, pp. 419-33.
Commissio Theologica Internationalis. "Quaestiones selectae de Deo Redemptore." Gregorianum, vol. 78, no. 3, 1997, pp. 421-76.
Falque Rey, Emma, editora. Lucae Tudensis: Opera omnia, I. Chronicon mundi. Brepols, 2003.
Lida de Malkiel, María Rosa. La idea de la fama en la Edad Media castellana. Fondo de Cultura Económica, 1952.
Rico, Francisco. El pequeño mundo del hombre: varia fortuna de una idea en la cultura española. Castalia, 1970.
Serés, Guillermo. La transformación de los amantes: imágenes del amor de la Antigüedad al Siglo de Oro. Crítica, 1996.

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