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  • Un verso mestizo: Entrevista a Bahia Mahmud Awah
  • Alejandra Timmins and Bahia Mahmud Awah

Me encontré con el escritor Bahia Mahmud Awah en un café colmado de gente en el centro de Madrid. Las calles se habían llenado de una cacofonía de gritos: se jugaba un partido de fútbol contra Gran Bretaña. Awah se mostró amistoso, me dio un abrazo de inmediato y se disculpó por el ruido. Apenas nos sentamos a hablar, empecé a preguntarle por su proceso de escritura, el mismo que había utilizado para crear sus obras de poesía (Versos refugiados 2007), de ensayos (Literatura del Sahara Occidental. Breve estudio 2008) y de ficción (La maestra que me enseñó en una tabla de madera 2011). Sin embargo, la conversación sobre su escritura se tornó rápidamente en descripciones de su patria, un lugar que describe como “la novia de los poetas” (Tiris: Rutas literarias 16). Awah y los otros escritores de su grupo literario, la Generación de la Amistad saharaui, hacen referencia, a menudo, a la cruda majestuosidad de su geografía ancestral y a las dunas del desierto. Este tema queda resaltado en el poema adjunto “Huérfano en un Starbucks”, incluido en una hoja de actividades al final de esta entrevista. En una mesa esquinera, saboreando un café con leche, trataba de imaginarme la belleza de Tiris.

Tiris es un tramo arenoso en las tierras occidentales del extenso desierto del Sáhara. Durante siglos, los cientos de miles de habitantes vivieron allí en tribus y tenían un estilo de vida tradicional nómada. Estas personas se hacen llamar saharauis. Muchos eran pastores, que hasta mediados del siglo XX, seguían la lluvia y el agua por el desierto, acompañados de sus camellos (Hodges 28). Esta geografía árida dio a florecer una poesía que nace en el alma de la gente que lo habita. Gran parte de la producción literaria de la Generación de la Amistad saharaui se basa en la topografía del desierto “as a reflection of their historical relationship” con el Sáhara y su conexión con el medio ambiente como pueblo nómada (Ellison 74).

Aunque España había colonizado aquella extensión de tierra a finales del siglo XIX, le resultó difícil someter a los saharauis. El historiador Tony Hodges señala que esta tierra y sus habitantes nunca antes habían estado bajo un solo gobernante (31). Después de la muerte de Franco en 1975 y por la creciente resistencia de los saharauis, España abandonó esta colonia. Al codiciar las ricas reservas de fósforo en la región, Marruecos y Mauritania invadieron rápidamente (Hodges 33). Los saharauis continuaron luchando por la liberación, organizando su resistencia a través de un movimiento llamado Frente Polisario (San Martín 14).

Marruecos y Mauritania, como España antes que ellos, subestimaron al Frente Polisario debido a su reducido número. Sin embargo, los saharauis emplearon una guerra de guerrillas sorprendentemente eficiente, una estrategia similar a las incursiones que históricamente practicaban entre tribus (Hodges 28). Como reacción a la creciente presión, Mauritania se retiró mientras que Marruecos comenzó a construir extensos muros en el desierto. Estos muros atraviesan el desierto y han actuado como una barrera física para dividir el territorio entre las tierras controladas por Marruecos y los saharauis. Como explica Dorothy Odartey-Wellington, investigadora de literatura afro-hispana, constituye un “wall of shame”, el cual es aceptado y rechazado a la misma vez en la literatura saharaui como un símbolo físico de la ocupación marroquí (2). [End Page 3]

Awah y gran parte de la Generación de la Amistad saharaui eran niños durante ese tiempo en las décadas de los setenta y ochenta. Ellos fueron afectados por estos años de creciente violencia y subyugación marroquí. Finalmente, debido a la ascensión del derramamiento de sangre, muertos y desaparecidos, muchos saharauis se vieron obligados a huir a los campos de refugiados en la vecina Argelia (San Martín 20). Como refugiados, los saharauis se dispersaron. Muchos de los...

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