Rimas Humanas Y Divinas Del Licenciado Tomé De Burguillos by Lope De Vega (review)

Esta edición de las Rimas humanas y divinas se propone dialogar críticamente con la tradición exegética y editorial, cuestionando lecturas que, aunque consolidadas, carecen de evidencia o que, a fuerza de repetirse sin mayor discusión, ya no tienen vigor. La primera idea que cuestiona el editor es la que atribuye a Lope de Vega, en medio de la polémica entre cultos y llanos, un estilo "sencillo" y en consecuencia sin necesidad de explicación o glosa. Con ese pretexto, se ha soslayado la complejidad expresiva de la obra o se ha llevado a cabo una anotación general, imprecisa o de plano errada. Como indica Ignacio Arellano, ser poeta llano, para la mentalidad aurisecular, solo significa no ser oscuro a la manera de Góngora y sus adláteres, pero no implica dejar de ser sutil y aspirar a aquella dificultad estilística que los lectores hallaban agradable y parte del placer de la literatura.

A este prejuicio crítico en torno a las Rimas humanas y divinas se suman otros, que también han generado varios trabajos cuyos postulados se debilitan cuando se les contrasta con la evidencia textual. Así, quizás por una deformación crítica proveniente del formalismo ruso, se ha insistido demasiado sobre la supuesta unidad del libro. Otro tanto ocurre con el carácter del heterónimo Tomé de Burguillos, el cual no es una válvula de escape o máscara encubridora para resguardar la imagen pública de Lope, sino una persona, un locutor poético imaginado con ciertas expectativas de lectura que obedecen al decoro como criterio literario; es decir, la correspondencia entre el discurso y el emisor; en este caso, un esforzado bachiller llamado Tomé, aprendiz de poeta y pobre galán de una lavandera llamada Juana.

Una forma eficaz que encuentra Arellano para desmontar el edificio de prejuicios críticos que ha llevado a una recepción hasta cierto punto defectuosa del texto es el reconocimiento de dos tipos de lectura. En primer lugar, se ocupa de lo que denomina la lectura retórica, la cual se apoya en el contexto, tanto literario como cultural, para aplicar al texto criterios generales que ayuden a comentarlo, aunque sin ahondar en los matices que lo singularizan y distinguen. De esa forma, se ha estudiado, por extenso, ciertos temas (como el imprescindible desengaño), fuentes literarias (la tradición petrarquesca, aunque en clave paródica) o aspectos biográficos (que en Lope motivan a leer casi cualquier texto suyo como cifrado). Se ha exagerado el influjo carnavalesco (empleando a Bakhtin como una especie de "aduana crítica" de la calidad literaria) para degradar la figura de Juana de una forma que no se corresponde con los textos. Un estudio detallado permite observar cómo la presión de la tradición crítica se aparta de lo evidente y acaba imponiendo una imagen falsa, aunque aparentemente autorizada, de la obra. Otra de las vertientes más ricas de los estudios dedicados a esta obra es la que se ocupa del sesgo autobiográfico que permearía algunas composiciones, de allí la notoriedad de las lecturas alegóricas o en clave. Tal es el caso de la que llevó a cabo Juan Manuel Rozas alrededor de la figura de Pellicer, al que, cual detective, encuentra a cada paso en las Rimas humanas y divinas, forzando lecturas o haciéndolas innecesariamente alambicadas.

Tras proponer los necesarios matices a varias ideas tradicionales que han alimentado la lectura retórica del texto, Arellano propone la lectura conceptista de las Rimas humanas y divinas, es decir aquella que se ciñe al horizonte de lectura que los poemas tenían en el momento de su composición: el conceptismo, comprendido como una preceptiva que ponderaba la dificultad expresiva (la agudeza) con sentidos yuxtapuestos o misteriosos. Con los desafíos que entra...