Abstract

Abstract:

El protagonista de Luces artificiales (2002), del escritor mexicano Daniel Sada (1953–2011) es un hombre feo. Por ello, su padre, seguro de que la fealdad se encarna tanto en lo plástico como en lo social, decide librarlo de esta condición si y sólo si acepta operarse el rostro, abandonar el pueblo chico en el que ha vivido toda su vida y cortar comunicación con su familia. Hijo obediente, el protagonista saldrá para la ciudad, se operará, y, con un nuevo rostro, intentará hacerse de una nueva vida. Este artículo recupera Luces artificiales del olvido en el que ha caído en la crítica de la obra de Sada y sostiene que la novela ofrece una exploración narrativa—única en la literatura mexicana reciente—del problema de la libertad y el determinismo en tanto ambos se relacionan a la y la belleza masculina. De este modo, se argumenta que, en sus páginas, Sada ensayó una conceptualización de la libertad que intentaba moverse más allá del voluntarismo de la auto-ayuda y el idealismo liberal; una libertad fatalista que no se reñía con la contingencia del cuerpo y, así, tematizaba una posible liberación de la fealdad.

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