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  • Entrevista con Roberto Servín Muñoz
  • Yadira Sánchez Legaria and Ramsés Oviedo Pérez

Roberto Servín Muñoz, el prominente cofundador y exdirector de teatro de Cómicos de la Legua, nace en la ciudad de Querétaro en 1941. Estudia Derecho en la Universidad Autónoma de Querétaro, donde se lanza a la actividad artística y comienza su trayectoria en el teatro universitario. La presencia de este actor y director en Cómicos de la Legua, la compañía de teatro universitario más antigua de América Latina, crea un interés enorme por su participación en el mundo del teatro. En el contexto del sesenta aniversario de la agrupación universitaria tuvimos la oportunidad de conversar con Servín Muñoz. Hablamos de la historia de la compañía, la formación profesional del teatro, la huella de Hugo Gutiérrez Vega, las diferentes propuestas de teatro universitario y los desafíos que percibe hoy luego de una larga trayectoria. La entrevista se realizó en el conocidísimo mesón de la compañía (Guillermo Prieto, Núm. 7, Centro Histórico). Cabría considerar que Cómicos de la Legua fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado de Querétaro el 5 de septiembre de 2019.

¿Cómo podría describir la evolución de Cómicos de la Lengua en sus sesenta años?

Pues hay que partir de la base de que cuando iniciamos en nuestras funciones nosotros no sabíamos nada de teatro, no había una técnica teatral, sobre todo por la lectura que practicaba mucho nuestro primer director Hugo Gutiérrez Vega, que es una gloria estatal, una gloria de Jalisco, poeta laureado, excepcional, de una memoria prodigiosa y con una elocuencia que no he visto ni oído jamás en otras personas. Él es el que nos dirige, nos dirige a su modo, sin tener ese conocimiento que exige cualquier teatro, digo cualquier arte, que es la técnica. Pero con todo y eso, la primera función agradó mucho al público, nos aplaudió mucho, hubo muy buenas críticas y empezó la gente a ir a vernos, [End Page 121] y a escucharnos. Ahora suponemos que hemos evolucionado bastante, que hemos aprendido, que hemos entrado más en la doctrina y en la teoría y en la técnica teatral que ya le da otra dimensión al mundo de los Cómicos.

En los años cincuenta, ¿qué teatro se hacía y cómo fue evolucionando fuera de la universidad?

En los años cincuenta había un buen movimiento de teatro. Existía el grupo de la Normal del Estado, que era un grupo muy interesante, que tenía un maestro. Los maestros que estaban eran amantes del teatro aunque también les faltaban la teoría, la práctica y la técnica, pero vino a Querétaro un delegado del Instituto Nacional de Bellas Artes, Jorge Galván, que fue el que empezó a trabajar con todos estos grupos, con el grupo de la Normal, con el grupo de la Casa de la Juventud (CJM), con grupos independientes de Tequisquiapan, y sobre todo con un grupo que es la punta de lanza del teatro en Querétaro de los años cincuenta: el teatro experimental en Querétaro, que ganó varios concursos y trajo a Querétaro la sede del Festival Nacional de Teatro en el área de nuestra región. Jorge Galván estuvo después con nosotros y le fuimos aprendiendo sus conocimientos porque él era egresado de la Escuela de Teatro de la Secretaría de Educación de Bellas Artes. Y ahí que empezó a cambiar realmente el conocimiento tanto actoral como de dirección.

¿Quiere decir que empezó a haber otra formación también en los actores?

Sí, y después a Hugo también se le ocurrió crear una escuela de teatro. Cuando estuvo él como director formamos una pequeña escuela de teatro, muy pequeña. Vino a darnos clase la directora de Teatro del Instituto de Bellas Artes en México, doña Pilar...

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