XXXIII Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz 2018: memoria histórica, igualdad y conflictos de género

El Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) de Cádiz se celebró del 19 al 27 de octubre con la participación de veintitrés grupos de ocho países —Argentina, Chile, Cuba, Ecuador, Estados Unidos, México, República Dominicana y España— y 25 espectáculos: once latinoamericanos y doce españoles. Hay que notar que doce de las puestas eran de autoría, creación o dirección de una mujer.

Un espectáculo de danza, Amazonas —coproducción de Andanzas y TNT, coreografía de Rosario Toledo, dramaturgia y dirección de Juana Casado— inauguró esta edición del FIT con una mezcla potente de palabra, cante, baile, flamenco, percusión y teatro. Según el programa de mano, Amazonas nace en su argumento del mito clásico del pueblo de las amazonas, en el cual, y aunque no existen bases históricas, las mujeres crearon un estado de mujeres emancipadas como respuesta a las invasiones y las violaciones llevadas a cabo por los hombres. Nueve mujeres en su lucha por la igualdad hacen posible este espectáculo potente y original. Amazonas obtuvo el Premio Lorca 2018 al Mejor Espectáculo Flamenco.

Dos puestas argentinas tuvieron lugar durante el festival: La Wagner, coreografía y dirección de Pablo Rotemberg, e Inestable, de la compañía Sutottos, con dramaturgia, dirección y actuación de Andrés Caminos y Gadiel Sztryk. En La Wagner, cuatro mujeres —Ayelén Clavin, Carla Di Grazia, Josefina Gorostiza, Carla Rímola— desnudas, al límite de su fuerza expresiva, se enfrentan, a través de la danza y de la música, en una excelente propuesta no convencional y dura, suscrita a una estética de la crueldad. Los cuerpos —muy entrenados, disciplinados por la danza— están expuestos al riesgo y a la lesión, pero la violencia está estilizada, por lo que resulta tolerable para la audiencia, sorprendida y atrapada desde el principio de la puesta. Durante toda la obra la repetición de los movimientos se convierte en una obsesión. Las bailarinas son protagonistas de intercambios sexuales sin ningún tipo de goce, víctimas de violaciones, golpeadas, enfrentadas a una vehemencia permanente en el transcurso de la obra. El preludio del primer acto de Parsifal, de Wagner —compositor polémico, deslumbrante, demoníaco— es el tema sobre el que gira esta puesta inquietante, perturbadora, trepidante. La obra atraviesa diversas intensidades musicales y luminosas, donde la fuerza de la música y la coreografía llenan el tiempo y el espacio de un espectáculo impactante.

Los protagonistas de Inestable son dos hombres atravesados por fobias, ansiedades, obsesiones, negaciones y paranoias. Aunque ellos están limitados e impedidos por sus temores, la exageración de las emociones crea humor. Durante la función, Gadyel Sztryk y Andrés Caminos interpretan canciones a dúo que tienen que ver con los temas que abordan durante la representación. Los dos actores comparten un piso. Ante una situación tan normal, se presenta una serie de cuadros característicos de las comedias del absurdo, los cuales hacen que el público no pare de reír en casi toda la hora que dura la función.

La Wagner, Pablo Rotemberg. Foto: Gerardo Sánz.

El ganador de la octava edición del Festival de Teatro Joven (Santiago de Chile) que organiza la Municipalidad de Las Condes, ha sido el grupo Teatro Cuerpolímite, con Amans, creación colectiva, bajo la dirección de Paula Calderón. A través de elementos visuales indaga en las relaciones interpersonales que surgen en la sociedad contemporánea. Amans es una obra que se enfrenta, utilizando un “teatro físico sin texto”, a una sociedad psicótica —durante los foros algunos actores hablaron de una cierta violencia que vive el país, de una “rabia interna”— en la que los seres humanos se encuentran atrapados. Esta rabia se manifiesta, por momentos con movimientos espasmódicos, en un mundo mental...