Sembrando canciones pa' hacer crecer la vida by El Supersón Frailejónico (review)

Sembrando canciones pa' hacer crecer la vida reúne cuatro singles con que la agrupación bogotana El Supersón Frailejónico incursiona en la escena musical de la ciudad. Su nombre celebra el frailejón, planta de flores amarillas que crece a gran altitud en los Andes septentrionales, y cuyas hojas afelpadas y tronco esponjoso capturan el vapor de agua de las nubes contribuyendo a la formación de lagunas, ríos y depósitos subterráneos de agua.

El Supersón Frailejónico fue fundado en 2016 por músicos bogotanos y constituye una propuesta estética sin precedentes. Articula con perspicacia los ensambles instrumentales de la música carranguera (Boyacá y Cundinamarca) y las bandas de flautas o chirimías del suroccidente colombiano (Caldas, Cauca, Huila y Nariño). En El Supersón convergen cordófonos de arraigo campesino como el tiple y el requinto, y flautas traversas cuya interpretación denota gestos distintivos de los bambucos que tocan los indígenas yanacona de Almaguer (Cauca) y embera chamí de Riosucio (Caldas). De manera análoga, en su sonido se entrelaza la flauta de pan conocida como chiflo entre los campesinos viejos de Boyacá y Cundinamarca, con las vibraciones graves del contrabajo. En breve, esta agrupación integra los sistemas musicales de la banda de flautas y la música carranguera, alcanzando un equilibrio sutil entre las afinaciones vernaculares de los vientos y las escalas temperadas de las cuerdas. El resultado es una amalgama alegre de ritmos. Además del bambuco esta incluye el merengue carranguero, la rumba criolla y la riosuceña, el pasillo, el porro, el torbellino y la marcha.

Experimentos musicales con diversas tradiciones regionales constituyen hoy fenómenos generalizados en Colombia. Con auge de los paradigmas de la multiculturalidad y gracias al creciente acceso a una diversidad de géneros y formas musicales, operaciones como la trasposición, la hibridación y la adaptación son cada vez más frecuentes. Estos procesos ofrecen un abanico de oportunidades para la variación y la creatividad. Al mismo tiempo posibilitan el diálogo intercultural—a menudo atravesado por las acentuadas asimetrías sociales que existen entre sus protagonistas. Sin embargo, predominan las fusiones entre músicas regionales (como gaitas afrocaribeñas, chirimía chocoana o joropo llanero) y lenguajes musicales cosmopolitas (como jazz, rock o pop). La innovación propuesta por El Supersón Frailejónico radica en que propicia el encuentro entre tradiciones musicales y ensambles instrumentales indexales de distintas regiones andinas de Colombia.

Sembrando canciones pa' hacer crecer la vida, by artist Helberth Meléndez, 2017.

En Bogotá, este conjunto participa de una creciente escena de resurgimiento musical que se enfoca en la interpretación de diversas tradiciones indígenas y campesinas de los Andes colombianos. Articula dos tipos de agrupaciones: bandas de flautas como Chicha y Guarapo, Las Alegres Citadinas, El Patiador y Pa'los del monte, y grupos de música andina colombiana como Los Alegres Músicos Parrandistas, Pa' la Tierrita, La Riolina y Los Camándulas.

A nivel conceptual, El Supersón Frailejónico celebra tradiciones campesinas y fomenta la conciencia ecológica y social. Se trata de una postura consecuente con los principios fundacionales de la música carranguera tal y como fueron formulados por Jorge Velosa y Los Carrangueros de Ráquira (a quienes suele atribuirse el origen de este estilo musical). Recurriendo a un lenguaje lúdico y narrativo, El Supersón promueve la apreciación y defensa de los páramos. Estos son ecosistemas endémicos de las tierras que superan los 3.000 msnm en los Andes septentrionales y la Sierra Nevada de Santa Marta. Es allí donde nacen las fuentes hídricas que abastecen de agua pueblos y ciudades, y donde crece el frailejón. Los páramos son muy frágiles y hoy se encuentran amenazados por el...