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  • The Counterpunch (and Other Horizontal Poems) / El contragolpe (y otros poemas horizontales) by Juan Carlos Flores
  • Madeline Cámara
Juan Carlos Flores, The Counterpunch (and Other Horizontal Poems) / El contragolpe (y otros poemas horizontales). Translated by Kristin Dykstra. Tuscaloosa: University of Alabama Press, 2016. 208 pp.

Juan Carlos Flores: El mal vidriero. Como al personaje de Baudelaire, muchos lectores podrían reclamarle al poeta cubano no habernos entregados en su libro cristales bellos para ver la vida. Pero él no vendía sueños, de hecho, quizás si hubiera podido guardar alguno suyo intacto no hubiera tenido que escribir su obituario en el mes de septiembre del 2016. No le conocí. No pertenecemos a la misma generación; es en los años 90 que Flores acapara la atención de la crítica literaria ("Premio David de poesía," 1990; "Premio de la Crítica," 1994), para entonces, ya yo la ejercía fuera de la isla que abandonamos los artistas y escritores de los años 80 por esas terceras opciones que inauguraron el nomadismo que hoy domina el arte cubano. Flores quedó en La Habana del período especial escribiendo una extraña poética del contragolpe, de la resistencia humana y artística, que llevó a sus extremos. Este poemario es una muestra de ella.

Empecemos celebrando el hecho de la traducción, privilegio del que traduce y el traducido. Flores lo ha sido y con excelencia por Kristin Dykstra, quien se ha dedicado a divulgar la obra de otros premiados escritores cubanos, de poéticas también renovadoras: Ángel Escobar, Omar Pérez, Reina María Rodríguez. Esto pudo haber facilitado en mucho su adentramiento de la poesía de Flores, su previo contacto con la obra de estos autores que comparten una experiencia que marca por igual la vida y la escritura: crear en Cuba, crecer en Cuba como artistas. En la presente obra, la traductora ofrece un pórtico de doce páginas compuesto por observaciones y juicios sobre la vida y la obra de Flores que resulta verdaderamente imprescindible. Así se nos ofrece información sobre las condiciones sociales que rodean y condicionan la gestación de estos poemas, algunos de los vectores de su difusión como fue la pertenencia de Flores a un grupo de artistas con base en Alamar, OMNI-Zona Franca, o la creación de un DVD que aparece online (http://www.youtube.com/watch?v+cKbjdJ3Ar-U-U). Sobre algunos aspectos se ofrece también una interpretación. Uno de ellos, al que se le dedica importancia, quizás demasiada, es a la residencia del poeta en Alamar, ese barrio construido en La Habana del Este, en los años 70, emblema de la utopía revolucionaria, así como de su distópica puesta en práctica. Para la traductora, la vitalidad y las penas de los habitantes de ese ambiente uniforme que es Alamar "puede haber influido/may have influenced" (xv) en la construcción de espacios poéticos repetitivos que caracterizan la poética del libro. Pero Dykstra también nos deja saber que el poeta no se refería de esta forma sobre su trabajo, sino que insistía en los aspectos de simplicidad y humildad que caracterizaban su vida cotidiana. Este dato contribuye a mi reserva sobre acentuar las analogías entre espacio físico y espacio estético en esta particular obra. Las repeticiones de líneas completas dentro de un mismo poema, bloques [End Page 339] de palabras casi idénticas que regresan para imponérsenos, tienen, sin lugar a dudas, un efecto muy semejante al que puede tener el paisaje arquitectónico de Alamar. Esos amasijos de cemento cuentan como una primera referencialidad. Pero también cada verso repetido deviene—por eso mismo—un signo que puede connotar el cansancio vital del autor o del presumible lector, o la puesta en práctica del poder de las palabras como mantras, o un efecto estilístico paródico en contra de la estrofa típica—y con ello del canon—o una inversión del recurso de la isotopía—buscando amplificar sin añadir nada...

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