Abstract

ABSTRACT:

In its Greco-Roman formulations, friendship is conceived as a filial bond established through similitude. Later philosophers claimed it is the belief of knowing a friend as one presumes to know oneself that generates security and a sense of belonging. Moreover, the authenticity of a friend is determined by his self-sufficiency and the total transparency of his actions. Against this classical, androcentric paradigm, contemporary theorists, such as Leela Gandhi and Tom Roach, have valorized friendships that demand risk, discomfort, and becoming Other. Tomás Gutiérrez Alea's film Fresa y chocolate presents us with an unlikely friendship between a homophobic, militant communist and a gay, suspected counterrevolutionary. While the larger narrative of the film advocates for a politics of assimilation, paying close attention to expressions of vulnerability, dissymmetry, and irreducible difference, I aim to show how the film unworks the notion of community as shared identity and gestures toward an ethics of hospitality. Betrayals and disguised intentions between the two friends place them in danger of political persecution and exclusion from their respective communities. In my reading of Alea's film, friendship and the insecurity it necessarily entails reflects what Gandhi has described as an extra-institutional and nonofficial ethico-political practice.

RESUMEN:

En sus formulaciones grecorromanas, la amistad se concibe como un vínculo filial establecido a través de la similitud. Filósofos posteriores afirmaron que es la creencia de conocer a un amigo como uno supone conocerse a sí mismo lo que genera la seguridad y un sentido de pertenencia. Además, la autenticidad de un amigo está determinada por su autosuficiencia y la total transparencia de sus acciones. Frente a este paradigma clásico androcéntrico, teóricos contemporáneos, como Leela Gandhi y Tom Roach, han valorizado amistades que demandan riesgos, incomodidad y devenir en el Otro. La película de Tomás Gutiérrez Alea Fresa y chocolate nos presenta una amistad inesperada entre un militante comunista homofóbico y un gay, sospechado de ser contrarrevolucionario. Mientras que la narrativa más grande del filme aboga por una política de asimilación, prestando especial atención a las expresiones de la vulnerabilidad, la asimetría y la diferencia irreducible, mi objetivo es mostrar cómo la película desafía la noción de la comunidad como una identidad compartida y apela por una ética de la hospitalidad. Traiciones e intenciones ocultas entre los dos amigos los ponen en peligro de persecución política y la exclusión de sus comunidades respectivas. En mi lectura de la película, la amistad y la inseguridad que necesariamente conlleva refleja lo que Gandhi ha descrito como una práctica ético-política extra-institucional y no oficial.

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