Abstract

Abstract:

El encuentro nocturno entre Maritornes y Don Quijote en el capítulo 16 de la primera parte de Don Quijote crea las condiciones para una paradoja insoslayable: la necesidad de imaginar, a la misma vez, la oscuridad completa y una luz más brillante que el sol. Sustentándose en el marco teórico del historiador del arte Giorgio Vasari y, por extensión, en el libro de Génesis, la escena explora una visualidad específicamente literaria que, al superar ciertos límites asociados con las tradicionales artes visuales, apunta hacia una forma de sentir y apreciar complejas conjunciones de perspectivas y realidades sociales en vez de esperar la versión unívoca y ortodoxa de una autoridad central.

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