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  • Mediación y transferencias culturales en la España de Isabel II. Eugenio de Ochoa y las letras europeas by Raquel Sánchez
  • Fernando Durán López
RAQUEL SÁNCHEZ. Mediación y transferencias culturales en la España de Isabel II. Eugenio de Ochoa y las letras europeas. Madrid: Iberoamericana-Vervuert, 2017. 400 pp.

La autora de este libro, Raquel Sánchez, es una historiadora ya muy acreditada por su trayectoria de publicaciones sobre el siglo XIX español. Su nombre es recomendación suficiente y garantía de calidad, por su buena escritura, su exhaustiva documentación primaria y secundaria y su capacidad de interpretar y presentar los datos. Pero destacaré en particular, por lo raro que es encontrarse algo así entre historiadores contemporaneístas españoles (gremio sumamente ensimismado en el peor sentido del término, y demasiado a menudo encasillado en las fronteras de lo que entiende que es la Historia y su metodología específica), su vocación decididamente interdisciplinar. Maneja con soltura y acierto las fuentes, conceptos y categorías de la literatura, y no tiene reparos en tratarla como parte de y testimonio para la historia social, cultural y política.

Esto supone un valor particularmente importante de este libro, que abre un amplio abanico de interés para distintos públicos especializados. Posee evidente atractivo para los historiadores políticos (toda la parte dedicada a las relaciones de Eugenio de Ochoa con la reina María Cristina y su marido el duque de Riánsares es muy valiosa y ofrece datos desconocidos), pero también para la historia de la traducción, para la historia de la edición, para la historia del periodismo y para un amplio espectro de materias, sin olvidarnos por supuesto de la historia literaria. Sabe ver en el personaje un corte transversal de numerosos sectores de la vida española de mediados del XIX. Si hubiera que ponerle un pero al resultado, que no sea meramente de detalle, cabe señalar que el aparato de fuentes y bibliografía, siendo excelente y por veces apabullante en su extensión y calidad, ofrece muchas menos de origen francés que las españolas, una limitación que hay que tener en cuenta una vez que Sánchez destaca, con razón, el carácter casi binacional de Ochoa en su relación con Francia, donde vivió tantas veces y para cuyos editores trabajó a destajo.

Eugenio de Ochoa es uno de esos escritores a los que nadie otorga un protagonismo excesivo en nada, pero que sin embargo aparece por todas partes y define muy bien una época. Es imposible escribir nada sobre la cultura española del reinado de Isabel II sin tropezarse continuamente con su nombre. Para los que estamos más familiarizados con los principios del XIX, Ochoa es el hijo natural de un escritor tan notable como fue Sebastián de Miñano, y en cierto modo el albacea literario del grupo de literatos afrancesados que le rodeaba; y también el divulgador (con ribetes de plagiario en algún caso) de buena parte del legado de la crítica y el canon literario construidos por la generación anterior (a la que muchos de los Tesoros de la literatura española publicados por Ochoa no hacen sino copiar con añadidos). Para los expertos en Romanticismo y Realismo, Ochoa es el fundador de periódicos, el poeta, el traductor, el compilador, el miembro del clan de los Madrazo, etc. “Y así Ochoa es siempre el cocreador de una revista, el cuñado de, el amigo de, el traductor de, el editor de...” (p. 11). La autora le otorga aquí una centralidad que se echaba en falta en la bibliografía especializada, abundante pero a la vez muy parcial (en ella destaca una monografía de Donald Randolph en 1966, orientada a su papel en la configuración del Romanticismo hispano). [End Page 81]

Es, pues, muy de agradecer que ahora contemos con esta fuente, que excede mucho más allá del propio Ochoa. En efecto, la autora ha evitado hacer una biografía al uso o una monografía interpretativa...

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