Descolonizando la teología: Espiritualidades panenteístas: Propuestas desde las epistemologías ecofeministas del sur

La importancia de descolonizar la teología surge a partir de entender que esta sigue siendo un concepto y experiencia que nos llegó de occidente, y cuya principal fuente de dominación para los pueblos originarios del continente latinoamericano fue la doctrina en la cual dicha teología se sustentaba, es decir, el cristianismo como cómplice del modelo violento de colonización.

Además de fundamentarse en la religión que el occidente trajo para hacer las aberraciones de exterminio de la población, y "de lo sagrado" de los pueblos originarios de estas tierras, se distorsionó el concepto e imagen del Dios Cristiano bíblico y se generó una religión de la culpa y de la vergüenza, especialmente en lo que se refiere al cuerpo, a la sexualidad, al erotismo y al deseo.

El monoteísmo cristiano anuló la riqueza de la pluralidad sagrada, la cercanía de lo trascendente cotidiano y la inmanencia de las divinidades que convivían en el imaginario y cosmogonía de los habitantes de las tierras mesoamericanas y caribeñas. Con ello también se concentraba el poder sobre la vida y el más allá en una sola persona, así como la expresión del saber y el ejercicio de autoridad-gobierno.

La colonización de la riqueza espiritual fue de la mano de la anulación de los saberes ancestrales categorizados como supersticiones desde la mirada del colonizador y desde los neo colonizadores actuales, por lo que resulta urgente y necesario el proceso de decolonización de las epistemologías y teologías que subyacen en el sur del mundo, y en este caso nos avocaremos a América Latina. Para este propósito nos haremos auxiliar de la propuesta de la teología ecofeminista, la cual propone la vía del panenteísmo.

Panenteísmo

Dios es deseo más que voluntad, desea la existencia de la creación y es a partir de su deseo que hace la creación, sin embargo, este deseo no es individualista; es un deseo común, pues en el texto bíblico encontramos la expresión: "hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza" (Gén1, 26). Desde el inicio del texto aparece la pluralidad de la trascendencia o de lo que llamamos Dios. En el origen del mito creacionista está el deseo común de relación, relaciones de amor y mutualidad. El principio holográfico¹ al que hace referencia Rui M. Gracio,² y que aquí me permito abordarlo como un elemento de la ecosofía. Entendida esta como la sabiduría de la casa común, es decir, de todos lo seres que convivimos en la tierra, incluída esta. Este principio sostiene que el todo está siempre presente en cada una de las partes. Así es como desembocamos en el panenteísmo que, a diferencia del panteísmo que afirma que todo es Dios, el panenteísmo sostiene que Dios o las divinidad está encarnada e inmanente en todos los seres que conforman el cosmos y en cada uno de sus elementos. "El panenteísmo está parte distinguiendo, aunque siempre relacionando, Dios y criaturas. Uno no es el otro. Cada cual posee su autonomía relativa, es decir, siempre relacionada. Todo no es Dios, pero Dios está en todo. Es lo que la etimología de la palabra panenteísmo sugiere: Dios está presente en todo. Hace de cada realidad su templo."³

Siguiendo esta premisa, se entiende entonces que el término teología no esta ceñido sólo y únicamente a la referencia del Dios cristiano, también hace referencia a la experiencia de los pueblos originarios del continente latinoamericano en torno y en relación a sus divinidades: "La Divina Sabiduría-Sofía, la Presencia de D*s, el Creador y Libertador, no excluye a otras tradiciones religiosas sino que está activa en medio de todos los pueblos, culturas...