Espacios posmodernos en la literatura latinoamericana contemporánea: distopías y heterotopías by María Fernández-Lamarque (review)

Los mapas literarios latinoamericanos siguen trazándose en unos espacios imaginarios que pugnan por reescribirse cada vez que enfrentan el rigor del crítico de turno. Las lecturas que sirven como base a las nuevas aproximaciones son las que conforman el rico acervo cultural que ha legado América Latina al mundo de las letras; de ahí que los asedios siempre encuentren avenidas de acercamiento en las cuales constatar su originalidad. Con este fundamento presente a la hora de encarar nuevas publicaciones, se acepta que la misma entrega literaria puede soportar múltiples lecturas que generen sendas propuestas de entendimiento; no en balde, hace ilusión al estudioso encontrar puntos que difieran de conceptos antes expuestos y, al mismo tiempo, amplíen el campo de visualización de ideas precedentes. Este punto sería suficiente para justificar, si fuere necesaria la excusa, la recensión que sigue.

Esta vez el texto elegido es la reciente contribución de María Fernández-Lamarque, Espacios posmodernos en la literatura latinoamericana contemporánea: distopías y heterotopías, donde se dan cita variados ensayos que, en su totalidad, repasan un mismo número de expresiones literarias de conocidos escritores de la región. Si bien es verdad que Fernández-Lamarque se detiene en espacios comunes, también es cierto que guía al lector a través de áreas poco visitadas por la crítica para exponer, a veces desarrollar, puntos que merecen esta distinción e, indefectiblemente, inclusión en los estudios.

Regresando al título, no sería redundante volver a insistir que el señalamiento de espacios literarios, ya sean utópicos o distópicos, es una constante que se observa a través del compendio y que, como es de esperar, responde al título y propósitos escogidos. La autora es muy clara a la hora de presentar sus selecciones; de hecho, las explica y argumenta proporcionando los datos necesarios para acceder mejor al meollo crítico. Este detalle puede resultar crucial a la hora de trascender el texto a estudiosos bisoños que, por seguro, encontrarán beneficios en estos análisis académicos.

Al presentar plumas latinoamericanas como Mario Vargas Llosa, Jorge Luis Borges y Gabriel García Márquez, se podría sospechar, a simple vista, que ya todo está dicho. Ahora bien, resta mucho aún por aportar y el lector debe consultar estos acápites para descubrir alguna que otra idea que pueda resultar provechosa. Además, la ensayista incluye planteamientos sobre autores menos visitados y que, sin titubeos, enriquecen el contenido de su repertorio. Tal es el caso de los capítulos donde aparecen, por ejemplo, Cristina Peri Rossi, donde Fernández-Lamarque concluye que los protagonistas examinados conforman un nuevo espacio textual y genérico como alternativa al encasillamiento que denomina lo femenino y lo masculino como entidades, entre otros epítetos, inmutables.

Continuando con ejemplos similares, la sección dedicada a Diamela Eltit muestra lo que la crítica denomina como un inconsciente colectivo a través del personaje materno, pero exponiendo una disfunción al analizar a la madre, metafóricamente, como la matriz que va a reproducir un discurso anclado en lo cultural, que lo repite y emula. Siguiendo con Clarice Lispector, Fernández-Lamarque propone que la escritora ha encontrado un nuevo lenguaje por medio de una escritura andrógina. Son dos fundamentos que pueden suscitar discusiones adicionales que añadirán valor y utilidad a las novelas escogidas. Es de esperar que resulte superflua la aclaración de que todas las conclusiones han sido debidamente respaldadas por el desmontaje crítico que las ampara.

Es menester resaltar que para los interesados en el Boom como entidad literaria, este texto depara una sección donde Fernández-Lamarque colige un pre y...