Queering the Chilean Way: Cultures of Exceptionalism and Sexual Dissidence, 1965–2015 by Carl Fischer (review)

En la última década, varios libros en la línea de los estudios culturales han trabajado el caso Chile desde una perspectiva histórico-culturalista (Masiello, The Art of Transition: Latin American Culture and Neoliberal Crisis, 2001; Cárcamo-Huechante, Las tramas del mercado: imaginación económica, cultura pública y literatura en el Chile de fines del siglo veinte, 2008; Lazzara, Chile in Transition: The Poetics and Politics of MeMor, 2011; Fornazzari, Speculative Fictions: Chilean Culture, Economics and Liberal Transition, 2013; Blanco, Neoliberal Bonds: Undoing Memory in Chilean Art and Literature, 2015). El estudio de Carl Fischer se agrega a esta línea de pensamiento crítico, esta vez situado en el entrecruzamiento teórico provisto por los estudios queer y de masculinidades. Fisher desarrolla su propuesta de trabajo con una consistencia notable —su catastro de documentos, el trabajo de archivo, la selección del corpus, el manejo bibliográfico son ejemplos de rigor metodológico e intelectual y resultan un paradigma de solvencia investigativa—.

El libro, dividido en cinco capítulos temáticos, precedidos por una introducción teórica, discute la construcción de la condición de excepcionalidad de Chile en el contexto latinoamericano tanto como la circulación y recepción transnacional de dicha narrativa haciendo hincapié en la exclusión de prácticas y subjetividades minoritarias. Tal y como lo problematiza Steve Stern (The Memory Box of Pinochet's Chile, 2004), el caso chileno resalta en el contexto latinoamericano debido a tres elementos centrales: a) una estabilidad político-institucional sostenida de manera democrática hasta el Golpe de 1973; b) su condición de "laboratorio" en los años 60 para la implementación de reformas sociales en democracia (Alianza para el Progreso 1964–1970) destinadas a impedir el avance de la influencia ideológica del eje soviético, asistido por Estados Unidos y, posterior "experimento" neoliberal durante la dictadura militar (1973–1990); y c) su valor simbólico-cultural como un país en el que las artes, la literatura y la intelectualidad produjeron una esfera pública deudora de logros sustanciales como es el caso de los dos Nobel de Literatura. Fischer confirma este análisis proponiendo la existencia de un relatopaís dentro de un horizonte de ideales imaginarios enmarcado por la "rhetoric of the superlative, the unprecedented, and the extraordinary" (2).

El asunto de interés central para el autor es reflexionar, a partir de individuos, procesos, estructuras, prácticas y objetos culturales sobre la exclusión, resistencia y transformación que las subjetividades no hegemónicas (otras, diferentes de obreros, intelectuales, políticos y artistas) introducen en el campo socio-simbólico en el que se entretejen las políticas y estéticas de la escena cultural chilena.

Concentrado en los últimos cincuenta años de vida institucional y cultural de la nación, Fischer analiza críticamente, desde cuatro puntos históricos de inflexión —el gobierno demócratacristiano de la Revolución en Libertad (1966); el triunfo de la Unidad Popular y el gobierno socialista (1970–1973); la dictadura militar (1973–1990) y, la continuidad "neoliberal" de los sucesivos gobiernos democráticos—, el paradigma del "Chilean economic exceptionalism, as an inherentely violent phenomenon that works not only to make the material exploitation upon which it often depends invisible, but also to exclude those subjects deemed unworthy to partake in its apparent success" (3).

En el capítulo 1, que funciona como introducción del libro, Fischer inteligentemente utiliza el conocido caso del rescate de "los 33" mineros realizado durante el gobierno de Sebastián Piñera (2010–2014) para enfatizar los principales elementos que componen la tesis del libro y sus ejes teóricos, a saber: 1...