Abstract

abstract:

The mining sector in Mexico has undergone a significant resurgence, triggering increased numbers of associated conflicts. This trend has characterized conflict in the Sierra Norte region of the state of Puebla since 2011. Between 2011 and 2015, three mining exploration projects and mining energy project by private corporations have been initiated in the region, as well as a government population-relocation project. The situation in which mining becomes an activity with significant potential to reconfigure territories has been described as the accumulation of mining capital by dispossession. In the case of the Sierra Norte de Puebla, we observe that the conflicts are emerging as a response to the systemic, subjective, and symbolic violence employed in the process of territorial dispossession. This case also allows us to observe: (1) local cases of resistance characterized by heterogeneous actors, practices and arguments; and (2) their rescaling toward a regional discursive coalition, transcending heterogeneity and creating a form to face up to what has been known as “death projects.”

resumen:

El resurgimiento del sector minero en México ha ocurrido acompañado de un creciente número de conflictos. La región Sierra Norte del estado de Puebla ha sido parte de esta tendencia desde el año 2011. Tan sólo en el periodo 2011–2015, han surgido tres proyectos de exploración minera y un proyecto minero-energético, planteados por empresas de capital privado. Simultáneamente, y complejizando el problema, se sumó un proyecto gubernamental que implicaba la reubicación poblacional. Este nuevo panorama, donde la minería llega a tener alto potencial para reconfigurar territorios, se ha documentado ya sobre el argumento de acumulación de capital minero por desposesión. En este caso particular, nosotros observamos los conflictos como respuesta a la violencia subjetiva, sistémica y simbólica que entraña el proceso de desposesión territorial. Sin embargo, la Sierra Norte también nos permite observar: (1) casos de resistencia local caracterizados por la heterogeneidad de actores, prácticas y argumentos; así como (2) un particular reescalamiento hacia una coalición discursiva regional, trascendiendo la heterogeneidad y creando una forma de hacer frente a lo que se ha denominado como “proyectos de muerte.”

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