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  • ¡Misericordia! Terremotos y otras calamidades en la mentalidad del santiaguero by Olga Portuondo Zúñiga
  • David Domínguez Cabrera
Olga Portuondo Zúñiga. ¡Misericordia! Terremotos y otras calamidades en la mentalidad del santiaguero. Santiago de Cuba: Editorial Oriente, 2014. 285 pp.

Los últimos dos decenios de la producción historiográfica cubana han estado signados, entre otras cuestiones, por el desfasaje "natural" entre los "centros" del saber histórico y su "periferia," o lo que es lo mismo, los historiadores de la Isla han intentado acortar la brecha que separa lo que ellos investigan de lo que actualmente realizan sus colegas desde otras latitudes. La apertura y renovación historiográfica que existió durante los noventa condujo a replantear los referentes teóricos y metodológicos empleados en nuestras investigaciones, mucho de los cuales se convirtieron en "obsoletos," tras la crisis de los paradigmas y la "moda" de otras formas de hacer historia.

Veinte años después, los que escriben la historia insular, siguen delante de esa encrucijada, cada vez más alarmante, porque el tiempo solo profundiza la distancia. ¡Misericordia! Terremotos y otras calamidades en la mentalidad del santiaguero, de la investigadora Olga Portuondo Zúñiga, es un buen asidero para dialogar con estas problemáticas. Texto que se incorpora al reducido número de los estudios cubanos realizados sobre las actitudes colectivas, el imaginario popular o las mentalidades, cuya matriz analítica nos permiten descubrir otras "realidades," que contrapuntean, con la visión totalizadora del decursar nacional.

A pesar de una estructura desigual en relación con los contenidos que aborda, la lectura se torna ágil, pues los capítulos a manera de viñetas, permiten descubrir esos "desastres naturales" que han acompañado a los pobladores de la región oriental del país. Seis capítulos a través de los cuales el lector podrá transitar desde los primeros años de la villa hasta la actualidad (2013), siendo ¡Misericordia! el hilo conductor para enlazar las temporalidades diversas con las cuales se mueve el discurso histórico. La autora demuestra como el sentido común de los sectores subalternos codifica una coyuntura amenazante, la que desborda muchas veces el núcleo de su religiosidad. Sin embargo, no solo se registra esta perspectiva, pues Portuondo Zúñiga no obvia la importante labor de los científicos y naturalistas "cubanos" que desde el siglo XIX indagan sobre las causas de estos eventos, así como su posible predictibilidad.

Esta apoyatura bibliográfica, se refuerza con el uso de las fuentes, donde cobran particular interés las provenientes del Archivo General de Indias y las conservadas en las instituciones santiagueras, las cuales enriquecen la exploración realizada. Como se había mencionado con anterioridad, el texto se subdivide en seis acápites capitulares que desglosan casi cinco siglos de reacciones colectivas ante terremotos, epidemias de cólera u otras calamidades. En este sentido, se encuentra una desconexión entre la temporalidad que abordó la autora (1515–1692, 1693–1794, 1795–1852, 1853–1932, 1932–1947 o 1947– [End Page 383] 2013) y la paginación que le dedica a las mismas. No en balde, las centurias coloniales son las privilegiadas en cuanto al tratamiento argumentativo, o al menos desde lo escrito, la diferencia entre los análisis de uno u otro periodo aparece marcada por la abundancia o la escasez de los documentos originales como asideros del ejercicio intelectivo.

Un aspecto que llama la atención de ¡Misericordia! es la ausencia de los referentes teóricos y metodológicos que permiten el acercamiento al complejo campo de las mentalidades colectivas. No creo que peque de irreverente si incluyo en este caso la omisión de la producción historiográfica francesa, la cual tuvo entre sus nodos el abordaje de estas cuestiones. Ya sea desde la firma de los Annales de la tercera generación, que hizo de la mentalidad un lugar común en la práctica histórica de una década, o de los estudios sobre el miedo en Occidente, realizados desde los setenta por Jean Delumeau, los cuales hubiesen aportado, sin dudas, otras claves interpretativas.

No se trata de interpretar con otros anteojos...

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