Abstract

ABSTRACT:

The exiled intellectual Lourdes Casal experienced in 1960s and 1970s New York a "shock" that led her to reconsider her anti-Castro position and to become aware of her condition as an Afro-descendent, a feminist, and Marxist, especially after returning from serving on a student delegation to Africa and after traveling to Cuba in 1973. Like other postcolonial lesbian-of-color feminists publishing in this period, she interrogated dichotomies and introduced interdisciplinary approaches to her writings about Cuban culture and society. Casal theorized the crossroads and the borderlands of discursive categories such as race, gender, sexuality, language, class, age, nationality, and religion before Kimberlé Crenshaw's influential concept of intersectionality became commonplace in feminist and antiracist cultural studies and calls our attention to the effects of décalage, a French philosophical term for the temporal and spatial gaps within social formations. By examining Casal's writings and their reception, this essay argues that Casal contributed to the building of interdisciplines such as Cuban studies. A critical, bilingual, gendered-subaltern diasporic intellectual of color such as Casal has played a key role in the interpretation of Cuba's revolutionary culture and considers how Casal enacts strategies for rebuilding a post–Cold War and postcolonial intellectual dialogue between the United States and Cuba.

RESUMEN:

Lourdes Casal, intelectual cubana exiliada en Estados Unidos, experimentó en la urbe nuyorquina de los años sesenta y setenta un "shock" que le llevó a declinar su posición anti-Castrista y a adoptar un criterio de conciencia de afrodescendiente, feminista, y marxista, especialmente a partir de su vuelta del África y de su visita a Cuba en 1973. Como otras feministas postcoloniales y lesbianas que comenzaron a publicar en los años setenta, Casal cuestionaba las dicotomías e introdujo una metodología interdisciplinaria en los estudios de la cultura y sociedad cubana. Casal teorizaba la cruzacalle y el espacio fronterizo entre las categorías discursivas, es decir, entre raza, género sexual, orientación sexual, idioma, clase, nacionalidad, y eso mucho antes que el concepto de Kimberlé Crenshaw—la interseccionalidad—se volviera común en los estudios feministas y antiracistas. También subraya los efectos de décalage, término filosófico francés que refiere a las brechas temporales y espaciales dentro de las formaciones sociales. A través de una lectura de sus ensayos y del debate sobre su transformación ideológica, este trabajo destaca la contribución casaliana a los campos interdisciplinarios, como por ejemplo los estudios cubanos. Enfatiza el papel que una intelectual negra crítica, diaspórica, bilingüe y subalterna ha jugado en la interpretación de la cultura revolucionaria cubana y considera como Casal pone en practica estrategias ejemplares para construir un diálogo intelectual, poscolonial y post-Guerra Fría, entre Estados Unidos y Cuba.

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