Abstract

Abstract:

El estilo artístico que el marqués de los Vélez elige para la decoración de su residencia en el sureste peninsular subraya su pertenencia al nuevo orden imperial, lo que contrasta con la remota localización de sus dominios, habitados en su mayoría por moriscos. Su preferencia por figuras grotescas y monstruosas para el esquema escultórico del palacio, coincide con la popularidad de estos motivos en los libros de caballerías, el género literario de mayor éxito editorial durante los primeros años de la imprenta. La naturalización de la diferencia que facilitan estas obras, fundamentada en la apariencia física, de la que los monstruos constituyen su exponente más radical, invita a una asociación de los mismos con un "otro" de origen musulmán. El análisis de las esculturas confirma la capacidad de lo grotesco para denotar preocupaciones derivadas con el modo en el que la herencia islámica problematiza la constitución de la identidad nacional.

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