Abstract

In 1634, Bernarda Ferreira de Lacerda, known as “la décima musa portuguesa,” published Soledades de Buçaco to celebrate the Carmelite “desert” of Bussaco, an enclosed forest inhabited by monks and located in central Portugal. Although a papal order excluded women from entering Bussaco, through her poems, Lacerda reveals the forbidden space to the nuns of Lisbon’s Convento de Santo Alberto, to whom she dedicates her book. Her poems gender the landscape of Bussaco as feminine by invoking the founding mother of the order, cataloging the flora and fauna and thereby emphasizing the fertility of the place, personifying the hillside as female, and alluding to the Song of Songs, thus making Bussaco both the Soul and the setting of the mystical union.

RESUMEN:

En 1634, Bernarda Ferreira de Lacerda, conocida como “la décima musa portuguesa,” publicó Soledades de Buçaco para celebrar el “desierto” carmelita de Bussaco, un bosque encerrado y habitado por monjes, localizado en el centro de Portugal. A pesar de que una bula papal impidió que las mujeres entraran en Bussaco, a través de sus poemas, Lacerda les revela el espacio prohibido a las monjas del Convento de Santo Alberto de Lisboa, a quienes dedica su libro. Sus poemas transforman el género del paisaje de Bussaco en femenino al invocar a la fundadora de la orden, catalogar la flora y fauna y así enfatizar la fertilidad del lugar, personificar el monte como mujer y aludir al Cantar de los cantares, de este modo haciendo de Bussaco tanto el Alma como el escenario de la unión mística.

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