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ESTRATEGIAS PARA LA PRESENTACIÓN DEL SONETO DEL SIGLO DE ORO EN CURSOS PANORÁMICOS DE LITERATURA ESPAÑOLA David Lee Garrison Wright State University “Los sonetos del Siglo de Oro son como pequeños núcleos que combinan, cada uno de un modo único y lo más coherentemente posible, fragmentos recogidos de un vasto texto plurilingüe que empezó a tejerse en la antigüedad clásica y se sometió a nuevas elaboraciones en las formas poéticas italianas y luego españolas” (16). Elias L. Rivers, El soneto español en el siglo de oro E l soneto español de los siglos XVI y XVII plantea varios problemas para quien quiera presentárselo a estudiantes universitarios dentro de un primer curso de literatura española. Por lo general, los estudiantes no están familiarizados con la forma, y aun cuando aprenden a contar los catorce versos no suelen captar su significado histórico y estético; no entienden lo que aporta el soneto a la tradición literaria. Se preguntan por qué se esforzaría un poeta para expresar sus ideas dentro de dos cuartetos y dos tercetos. En este ensayo ofrezco cuatro sonetos y algunas ideas que pueden servir como una introducción al soneto en los cursos panorámicos de literatura española. Voy a examinar los sonetos I y XIII de Garcilaso, “El remordimiento”, de Jorge Luis Borges y “Daphne to Apollo”, un poema mío. Sobre todo, deseo destacar el papel del soneto como vehículo primordial para la expresión del yo lírico y como forma elaborada y transformada en varios países, lenguas y épocas desde el siglo XIII hasta hoy. Es de esperar que al estudiar estos poemas los estudiantes por lo menos puedan vislumbrar el soneto como lo describe Borges: “un arquetipo, / Un ávido cristal que apresaría / Cuanto la noche cierra o abre el día: / Dédalo, laberinto, enigma, Edipo” (“Un poeta,” Obra poética 192). Si un curso primero de literatura española tiene un esquema cronológico, el primer sonetista en el texto probablemente será Garcilaso, y su soneto primero es un buen comienzo; es bueno porque el primer verso—”Cuando me paro a contemplar mi estado”—define, en cierto sentido, el soneto. Ejemplifica el argumento de Paul CALÍOPE Vol. 11, Number 2 (2005): pages 69-80 70 David Lee Garrison D D D D D Oppenheimer de que el soneto es un género introspectivo por naturaleza, elaborado con el propósito de explorar y expresar el monólogo interior de un individuo. El primer verso del primer soneto de Garcilaso se aparta radicalmente de la gran mayoría de los poemas que el estudiante habrá leído antes en su antología de obras maestras de la literatura española. El juglar describe en tercera persona cómo el Cid sufre al dejar a su esposa y a sus hijas para ir al exilio, pero el héroe no pasa mucho tiempo contemplando su estado personal. En “Coplas por la muerte de su padre,” Jorge Manrique elogia en tercera persona a su padre y a la vez lamenta el pasar del tiempo, pero no contempla directamente su propia vida y sus tribulaciones. Garcilaso y los sonetistas que lo siguen no se ocupan de batallas campales contra moros sino de sus propias batallas interiores. El individuo que compone el soneto en primera persona es el héroe. “Cuando yo me paro a contemplar mi estado” es en cierto sentido un manifiesto del sonetista en que se declara el nuevo tema del soneto: es decir, el hablante mismo. Aunque la tradición de la introspección aparece ya en las jarchas y en los cancioneros, el soneto introduce el rasgo de la primera persona, con su carácter único, como tema central del poema. El yo del cancionero suele ser una especie de fórmula, una voz o un código para presentar el sufrimiento del amor cortés, mientras el hablante en los poemas de Garcilaso introduce el elemento de confesión personal. En la literatura española, esta tradición confesional florece con Garcilaso: Soneto I Cuando me paro a...

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