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109 Reseñas D D D D D Rafael Bonilla Cerezo Universidad de Córdoba Arguijo, Juan de. Poesía. Eds. Gaspar Garrote Bernal y Vicente Cristóbal López. Madrid: Fundación José Manuel Lara, 2004. cl + 258 pp. HB. ISBN 84-96152-49-9. Es siempre arriesgado hablar, en el ámbito de la filología, de ediciones concluyentes. La edición definitiva de la obra poética de Juan de Arguijo (1567-1622), sin embargo, no será —presumiblemente— muy distinta de la que ahora publican Vicente Cristóbal López y Gaspar Garrote Bernal con el patrocinio de la Fundación José Manuel Lara. El mérito de ambos investigadores es tanto mayor cuanto que los poemas de Juan de Arguijo no han gozado, en tiempos modernos, de excesivo éxito editorial y, de hecho, sólo se han impreso (completos) tres veces a lo largo del siglo XX. La última de las dos ediciones (1972 y 1985) de Stanko B. Vranich contiene —se supone— su última palabra sobre la literalidad de la producción lírica de Juan de Arguijo, de modo que una somera comparación entre el texto establecido en ella y el ahora preconizado por Vicente Cristóbal López y Gaspar Garrote Bernal puede ser fructífera. Pues bien: el texto de Gaspar Garrote Bernal y Vicente Cristóbal López solo se aparta, en lo que se refiere a los sonetos de Arguijo y a pesar de que Stanko B. Vranich, según ellos, «no filia los testimonios, elige a veces lecciones por intuición estética y parte de sorprendentes postulados ecdóticos» (cxviii), en diez ocasiones del establecido por su inmediato predecesor. El resultado —así en los sonetos como en el resto de la obra poética de Juan de Arguijo— es desigual. Los editores —que siguen, en líneas generales, el texto de A3 (ms. 10159 de la BNM) — optan por no incluir, «al no haber podido localizar […] el manuscrito que lo copiaba» (xlix, n. 118), el soneto «Crece el dolor y mengua la esperanza». La lección «vigor» en el soneto XXII.11 («el ivierno su vigor extrema»), preferida por Gaspar Garrote Bernal y Vicente Cristóbal López, es, sin duda, errónea. A2 (ms. E-41-6929 de la RAE), CA-1 y SV transmiten, en cambio, la lectura más coherente: «el ivierno su rigor extrema». Y es que rigor, de acuerdo con el parecer de Covarrubias,«vale dureza o frío intenso», y, según el Diccionario de Autoridades, significa —sin más—«la aspereza del frío» (cf. además el soneto «Órrido ivierno, que la luz serena» de Fernando de Herrera, «i en aquel ielo / qu’oprime con rigor el duro suelo» 7-8). Los editores evitan el «tiemplo» del soneto II.8) y, sin embargo, optan por «tiemplas» en el soneto VIII.4 (el diptongo es, por lo demás, habitual en Fernando de Herrera [vid. solo P, libro II, soneto II.2] y otros poetas de la —así llamada— escuela 110 Reviews D D D D D sevillana). El verso «ni Timágoras, Celio y Meletes» (canción III.144) es, tal y como lo editan Vicente Cristóbal López y Gaspar Garrote Bernal, hipométrico. La lectura errónea de CA-III («ni Timágoras, Lelio ni Meletes») ofrece, sin embargo, un buen modo de solucionar el problema, a saber, «ni Timágoras, Celio ni Meletes». Acaso habría que optar por editar «porque» en lugar de «por que» en el soneto XLIII.13, y «¿por qué como» en lugar de «porque como» en la eglógica canción III.221. Los editores leen «busca» en la silva II.37, en lugar del «jusga» de Stanko B. Vranich que, dicho sea de paso, ni siquiera aparece en el aparato crítico. La omisión —por errata— de palabras en el texto de Gaspar Garrote Bernal y Vicente Cristóbal López origina, por lo demás, algún que otro verso hipométrico: «y con ellos tu fama, a la [más] nueva» (canción II.10; la errónea lección «a la mar nueva» de A3 es...

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