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Reseñas 99 D D D D D interesante en su poesía; y, finalmente, una amplia bibliografía comentada da cuenta de las principales aportaciones de la crítica lopesca. El trabajo de Pedraza Jiménez resulta, en síntesis, una herramienta utilísima e indispensable por sus aclaraciones, propuestas interpretativas, la claridad de sus consideraciones teóricas, así como por la abundante y selecta bibliografía que proporciona. Este libro puede servir de acicate para que se mire de manera global la poesía de Lope y se reediten modernamente sus obras (no sólo las dramáticas), olvidadas o desconocidas por gran parte de la crítica moderna; todo lo cual, a buen seguro, ofrecería datos muy valiosos para la reconstrucción del panorama histórico-literario de la poesía áurea española. Ignacio García Universidad de Córdoba Fernández Rodríguez, Amelia. Una idea de maravillosísima hermosura. Poética y retórica ante la lírica en el siglo XVI. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid, 2003. 184 pp. PB. ISBN 84-7477-879-4. El ensayo de Amelia Fernández Rodríguez, si bien adolece de algún que otro defecto de documentación (desconoce, a lo que parece, el-no-tan-reciente artículo de Ángel Luis LujánAtienza sobre la recepción de Hermógenes en la España del Quinientos [«Las anotaciones de Herrera y las formas estilísticas de la tradición hermogeana», Hispanic Review 68.4, 2000: 359-80], el de Julián Jiménez Heffernan [«Pequeño, claro y libre: una poética para el poema lírico en la España del siglo XVI», Studi ispanici 2002: 61-80] y la monografía de Gustavo Guerrero [Teorías de la lírica. México: FCE, 1998]), era, a estas alturas, necesario. Y es que la situación de la poesía lírica en las lenguas romances era, en los primeros tiempos del Renacimiento, más que problemática. Poco o nada decían, en efecto, los tratados de poética —así clásicos como contemporáneos— acerca de ella, de suerte que no existía, en rigor, una autoridad indiscutible de que extraer sus preceptos rectores. Las soluciones posibles —y no excluyentes— eran dos. Los hombres de letras podían, en primer lugar, convertir a un autor en modelo privilegiado y derivar, a partir de la imitación exclusiva de sus textos, el discurso poético subsiguiente. Es, en efecto, lo que Pietro Bembo había preconizado: los poetas deben imitar a Petrarca; los prosistas deben imitar a Boccaccio. Es evidente que, desde este punto de vista, la técnica del comentario de texto adquiría de súbito una importancia extrema y se puede establecer, en consecuencia, que las anotaciones de Fernando de Herrera son acaso «el documento más importante para la Poética del siglo XVI en España» (9). 100 Book Reviews D D D D D Poco se había escrito, por cierto, hasta el momento acerca de la teoría del comentario en la España del Quinientos, y Amelia Fernández Rodríguez ha sido —hasta donde alcanzo— quien primero ha establecido una conexión entre las anotaciones del beneficiado de San Andrés y las páginas que Luis Vives dedicó a la cuestión de las «enarrationes et comentarii» en su disertación de ratione dicendi (1522; vid. 34-39). Fernando de Herrera, en cualquier caso, practica, según hace notarAmelia Fernández Rodríguez (48), lo que Weinberg ha dado en llamar crítica de los epítetos y (¿curiosamente?) las cualidades esenciales de la poesía de Garcilaso de la Vega no son, de acuerdo con el criterio del poeta sevillano, sino la dulzura y la gravedad, esto es, «la gravità e la piacevolezza», las «due parti che», en palabras de Pietro Bembo, «fanno bella ogni scrittura» y que nadie supo aunar, en opinión del humanista véneto, como Francesco Petraca (47-48 y 53-54). Los intelectuales del Quinientos podían, en segundo lugar, reconstruir una poética de la lírica romance a través de la aplicaci...

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