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LETRADOMÉDICOS BRUJIJUDÍOS: IDEOLOGÍA, ANTISEMITISMO Y REALIDAD SOCIAL EN ALGUNAS SÁTIRAS DE QUEVEDO Germán De Patricio University of Virginia D entro de la copiosa obra que conservamos de Francisco de Quevedo, resaltan con especial brillo las obras satíricas, ya en prosa, ya en verso. El diálogo crítico tejido en nuestros círculos académicos, que uno podría atreverse a calificar de verdadera dialogía, ha aportado un interesante debate en torno a la naturaleza del género satírico en general, así como de la sátira quevediana en particular. Tras examinar una significativa parte de tal aluvión bibliográfico, nos queda la inquietante impresión de que el debate ha girado acaso en demasía alrededor de dos extremos exegéticos: la exageración mimética y el exceso formalista ahistórico. El propósito principal de este ensayo es contribuir a una actualización del contexto de producción quevediano que ayude a desmentir el carácter atemporal de su literatura. En primer lugar expondré las lindes de nuestra aproximación teórica, y después analizaré algunos elementos de las sátiras de Quevedo que me parecen especialmente significativos en cuanto a su potencial esclarecedor, en términos de la realidad social que opera sobre su capacidad satírica y en términos de la manifestación de los símbolos y figuras, conscientemente utilizados en tal ejercicio literario, que selecciona para vehicular sus pretensiones ideológicas. En concreto me refiero a la sátira en verso de letrados y médicos, de la cual examinaré algunos recursos textuales, extraídos de varios de sus poemas, vinculados a la brujería y al antisemitismo. En general los historiadores, como Maravall y Domínguez Ortiz, han expuesto las vastas proporciones de la crisis de un siglo XVII al CALÍOPE Vol. 14, No. 2, 2008: pages 45-68 ! ! ! ! ! 46 Germán De Patricio que habían precedido indicios de crecimiento económico durante el Renacimiento. Elementos como la despoblación rural, que provocaría un alud de desocupados, pícaros y prostitutas en las grandes ciudades, la inflación galopante y la confusión monetaria, así como el aislamiento español del mundo en el que se producen las novedades técnicas y científicas, contribuyen a la alarma y el pesimismo misoneísta en ciertas capas sociales1 . Especialmente aquella a la que pertenecía nuestro autor, la de la baja nobleza de caballeros de hábito, cuyo poder adquisitivo e influencia política no dejarían de disminuir en beneficio de arribistas y burócratas. Asumiendo, con Caminero, “este marco de la mutua interferencia entre obra y contexto social, entre escritor y clase a la que pertenece” (1984, 55), podríamos afirmar sucintamente, para no alargarnos en un tema del que se ha escrito en abundancia, que en Quevedo el misoneísmo reviste estigmas de supervivencia social2 . Quizá sea necesario, antes de continuar, delimitar con mayor claridad este concepto de la mutua interferencia. Infundidos por el afán de evitar excesos de prontuario, podemos defender un análisis de la interdiscursividad que distinga niveles de producción ideológica en los referentes de un texto. Este matiz resulta de particular interés al tratar con formulaciones literarias de índole satírica.Asimismo, en tanto que discurso moral, el punto de vista del autor, definido por sistemas filosóficos y teológicos suscritos, determina sin duda las condiciones de producción del texto satírico. Ahora bien, de qué modo preciso y en qué medida lo determinan, es lo que constituye el cotiledón polémico de la sátira. Todo texto, en mi opinión, participa de la gramática general de la literatura. El texto remite al exterior del texto, y de ahí otra vez al texto, en un proceso dialéctico permanente3 . Aceptando el irracionalismo y la inutilidad crítica del exceso formalista ahistórico, habremos de concluir aceptando que todo producto literario es, en sí mismo, una estructura histórica. Viene a cuento recordar una frase de Marx, no por repetida bien entendida: “La forma en que los individuos manifiestan su vida refleja lo que...

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