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  • "No se sabía dónde estaba la verdad y dónde estaba la mentira":Entrevista a Edith García Buchaca, 30 de abril de 2012
  • Abel Sierra Madero (bio) and Lillian Guerra (bio)

Nota introductoria de Lillian Guerra

Por su larga militancia en el Partido Comunista de Cuba, conocido también en una época por Partido Socialista Popular (PSP) desde su legalización en 1938 hasta inicios de la Revolución Cubana de 1959, Edith García Buchaca fue una figura clave en el desarrollo de los sectores culturales. Además, tuvo un papel importante en la vinculación de los objetivos del Partido con perspectivas y actividades nacionalistas de intelectuales no comunistas cubanos durante el siglo XX. Casada con Carlos Rafael Rodríguez durante diez años,1 y luego con Joaquín Ordoqui por otra década más,2 García Buchaca borró fronteras entre labores personales y políticas. Tanto ella como sus esposos, estuvieron comprometidos como ideólogos y comisarios comunistas, dispuestos, como ella misma reconoció, a cualquier tarea del Partido. Cuando Abel Sierra Madero tomó la oportunidad de entrevistarla, García Buchaca tenía noventa y siete años.

En el encuentro, ella manifestó al mismo tiempo entusiasmo por participar y miedo: en la entrevista se abordaron varios temas. Sin embargo, para acceder a ser entrevistada, García Buchaca, pidió al entrevistador que no se tocara un tema, el que había definido la última etapa de su vida. Se trata de la condena que sufrió junto a su esposo Joaquín Ordoqui Mesa en 1964, por haber sido cómplices en abril 1957 en una aparente misión del Partido, destinada a encubrir el papel del joven militante secreto Marcos Rodríguez, en el asesinato de combatientes del Directorio Revolucionario, por parte de agentes del gobierno de Batista. Conocido por el nombre del sitio del trágico suceso, Humboldt 7, la masacre de estos jóvenes tuvo lugar después del fracasado asalto al Palacio Presidencial, organizado por el Directorio en que la mayoría de sus organizadores murieron, incluyendo su líder, José Antonio Echeverría. Desde ese momento y hasta el otoño de 1958, el PSP rechazaba cualquier movimiento armado encaminado a derrocar a Fulgencio Batista. Años después y debido en gran medida a la presión de familiares de los caídos, se produjeron dos escandalosos juicios [End Page 359] que concluyeron con la ejecución de Marcos Rodríguez por informante de la policía de Batista. En cambio, Ordoqui y Buchaca habían sido acusados de haber actuado independiente al Partido como supuestos agentes de la CIA. Este proceso ayudó a Fidel Castro, uno de los guías principales del proceso jurídico, a encubrir y negar la contradicción y obvio pragmatismo, que aún representaba la integración del PSP a las más altas esferas del poder revolucionario después del 1959. Apartada permanentemente de su cargo, militancia y presencia pública, Edith García Buchaca sostuvo la muerte bajo la sombra de vergüenza de su esposo Ordoqui en 1973, y durante décadas, el rechazo oficial de su compromiso ideológico y político con el comunismo.3

Abel Sierra Madero:

Edith, vengo a verla porque yo estoy metido en un proyecto sobre historia intelectual durante los años sesenta en Cuba y también me interesa el tema del "hombre nuevo" dentro la Revolución.

Edith García Buchaca:

Pero nunca me ha parecido que haya [habido] un hombre nuevo, a mí me parece que lo que hay de nuevo son las circunstancias que rodean a ese hombre y que entonces lo van moldeando de acuerdo con las exigencias del medio, no es que el hombre nuevo … no es que físicamente y psíquicamente sea una persona distinta del pasado. Las personas más o menos se manifiestan de una manera determinada a través de los años. Puede ser que un joven que en años anteriores no era revolucionario, aprenda a ser revolucionario con los hechos que se van produciendo.

ASM:

Usted era la presidenta del Consejo Nacional de Cultura a partir de su...

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