Abstract

RESÚMENES:

San Juan de la Cruz ha sido el poeta más sublime pero también el más enigmático de las letras españolas: su lectura ocasionó “religioso terror” a Menéndez Pelayo y “espanto” a Dámaso Alonso. Sirviéndome de la teoría de la recepción de Hans Robert Hauss y Wolfgang Iser, estudio el por qué de esa larga incomprensión literaria. La censura inquisitorial que pesó sobre la escritura de san Juan dificultó que sus osados experimentos artísticos nos resultaran familiares: el poeta imita la gramática del Cantar de los cantares hebreo, aclimata sus “dislates” poéticos y se sirve, por más, de la simbología secreta mística del sufismo. Una lectura orientalista ayuda pues a decodificar muchos de los enigmas poéticos del “príncipe de los poetas españoles.”

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