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TEO-POÉTICA ENTRE REDENCIÓN Y PERDICIÓN: LA VERSIÓN CONVERSA DEL CANTAR DE LOS CANTARES DE ENRÍQUEZ GÓMEZ Einat Davidi Universidad Hebrea de Jerusalén E l poema “La culpa del primer peregrino” de Antonio Enríquez Gómez (publicado en 1644) plantea el problema de su ubicación en el marco del conjunto de la obra del autor, cuyo pensamiento está condicionado por una turbulencia política, social y sicológica. La situación cristiano-nueva, que se caracteriza por una identidad rota o por una multitud de identidades cercana a la esquizofrenia, se refleja tanto en el complejo interno de cada obra como en el conjunto de las obras: ambos carecen de coherencia, al punto que, al hablar de las mismas, casi se puede renunciar a la instancia del “yo,” sea éste autorialsubstancial o poético. Los diversos intentos de caracterizar la mentalidad y la escritura cristiano-nuevas se han dirigido a la construcción de tipologías. Estas tipologías se refieren siempre a la religiosidad de los autores. En la mayoría de los casos se diferencian, por un lado, los “judíos nuevos” que retornaron completamente a su judaísmo y dejaron atrás el pasado y la experiencia cristianos, como en el caso de Miguel de Barrios. El segundo tipo es el opuesto, los que se consideraron cristianos, dejando atrás la experiencia judía. El tercer tipo está constituido por aquéllos a quienes la oscilación entre las religiones dirigió hacia el escepticismo, el deísmo y hasta el ateísmo, como en el caso de Spinoza. Un cuarto resultado de la situación cristiano-nueva, y el más interesante, es la mezcla de las religiones a través de doctrinas místicas, inspiradas en el neo-platonismo que circulaba en la época, especialmente la de León Hebreo (Gitlitz; Faur).Aquí encontramos diversas constelaciones, como la formulación de una doctrina religiosa en términos de la otra y, lo que tiene especial importancia en el campo de la literatura, una CALÍOPE Vol. 17, No. 1, 2011: pages 157-175 158 Einat Davidi amalgama de imágenes, metáforas y alegorías. En pocas palabras: optar por una; negar las dos y dejarlas neutralizarse; o bien buscar el modo de aceptar las dos mezclando sus elementos y armonizándolos, eliminando las diferencias o enfrentar ambas doctrinas pero de una manera que ya no permite separarlas. En el caso de Enríquez Gómez, tanto la recepción general de su obra (en su tiempo y a lo largo de los siglos hasta hoy) como la lectura crítica de la misma no son unívocas y siguen oscilando. Esto es válido tanto para el conjunto de sus escritos y para la cuestión “¿quién fue Enríquez Gómez?,” como para cada una de sus obras. Tampoco el intento de disminuir el problema de “quién fue Enríquez Gómez” mediante una división de su obra en tres períodos biográficos lleva a la constatación de una coherencia. Esos períodos son: el primero, la época en Cuenca, Sevilla y Madrid, antes del exilio; el segundo, la época del exilio francés en Burdeos y Ruán; y el tercero, el de la identidad clandestina bajo el seudónimo Fernando de Zárate. Este agrupamiento supone cierta coincidencia entre la situación biográfica, socio-política y sicológica por un lado, y la obra o la escritura por el otro, de manera que cada época mantiene necesariamente alguna coherencia. El período más investigado es sin duda el llamado (desde Rose y Oelman) la “época del exilio” (Rose 1973, 16) o “el período judaizante” (Wilke 132), pero resulta que precisamente en esta época es casi imposible constatar una coherencia. Se trata de un período relativamente corto de unos 13 años, en los que el escritor escribió intensamente, produciendo una multitud de obras. Una parte de ellas posee naturaleza satírico-moral, de confrontación crítica con la Inquisición, mediante el uso de diversas estrategias, como la picaresca (El siglo pitag...

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