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SOR JUANA Y EL “PERNICIOSO MODELO” DE FAETÓN. LECCIONES EPISTEMOLÓGICAS DEL ESCARMIENTO EN PRIMERO SUEÑO Nicolás M. Vivalda Vassar College No conseguir lo imposible, no desluce lo brioso si la dificultad misma está honestando el mal logro. Esto supuesto, no admire ver que, animosa, me expongo a una empresa cuyo intento se queda en intento sólo. —Sor Juana Inés de la Cruz , Encomiástico poema a los años de la Excma.Sra. Condesa de Galve Hath your rising up of the Earth into heaven brought men to that confidence, that they build new towers to threaten God againe. —John Donne, Ignatius His Conclave. E n un extenso parlamento del auto sacramental El Divino Narciso, Sor Juana Inés de la Cruz delinea por enésima vez una obsesión recurrente de su poética: el pecado de soberbia intelectual y la posibilidad siempre inminente de su castigo. El auto entrama así una serie de historias bíblicas que apuntan a remarcar la condena cristiana frente a todo exceso de ambición cognoscitiva o intelectual por parte de una humanidad siempre en trámite de contravención. Siguiendo esta clave de inminente escarmiento, Eco-Demonio recorre puntillosamente el espacio simbólico de la torre de Babel y recrea la censura cristiana al pecado de la soberbia hablando de la “loca CALÍOPE Vol.16, No. 2, 2010: pages 103-125 104 Nicolás M. Vivalda ambición” de aquellos hombres que “con homenajes altivos / escalar el cielo intentan.” El razonamiento de Eco se resuelve en “justo castigo / al que necio piensa / que lo entiende todo” (OC 397), perfecta condena simbólica para aquellos que han privilegiado el afán de conocimiento profano por sobre el respeto debido a la escala incognoscible de lo divino. Lejos de esta versión cristiana de la soberbia babélica, Primero Sueño se constituye como escenario laico del agon intelectivo, pues Sor Juana instaura en el texto un panteón profano de la subversión, mentando en el proceso a una serie de figuras cuya resonancia simbólica interfiere y obstaculiza la simple interpretación punitiva de la audacia desdichada. En el transcurso de la extensa silva, el entendimiento ensoñado explora vectores cognitivos que no citan versiones cristianas de la osadía, ni monumentalidades sujetas al castigo divino, sino profusas referencias mitológicas profanas del escarmiento. Sor Juana construye así un sutil entramado alegórico de la temeridad en el cual se destacan los personajes de Ícaro, Faetón, Prometeo, Dédalo y Nictímene. Muchas de las escenas iniciales del poema se encuentran abocadas a erigir un cuidadoso catálogo zoológico y metamórfico de la imprudencia. Cinco mitos centrales ejemplifican la transformación de un personaje condenado por sus acciones: a la ya mencionada Nictímene se sumarían los murciélagos que pululan en su noche intelectual —en realidad las hijas de Minias transformadas por haber ofendido a Baco—; el águila Ascáfalo convertido por Démeter en búho como castigo; el pez alción, en verdad Alcione; y el venado , Acteón castigado también por su imprudencia- (Luiselli 292). La poetisa instaura así todo un panteón renovado de la rebeldía social y/o cognitiva que encuentra en ese escenario lírico nocturno el refugio ideal de una marginalidad activa y molesta. La compleja selección mitológica se inaugura como acto casi preventivo, patrón de contravención que habrá de contrastar con la “recta” claridad intelectual de lo “real”, encarnada por ese día cuya inminencia se palpa, de forma inexorable, hacia el final del poema. El denominador común del elenco mitológico que Sor Juana reúne se mantiene, de esta manera, fijo en la idea de una transgresión, expresada ya sea en términos morales o intelectuales. Se trata, en cualquier caso, de figuras que han actuado de forma “disyuntiva,” desviándose del cauce moral o legal establecido 105 SOR JUANA Y EL “PERNICIOSO MODELO” DE FAETÓN y desafiando, de uno u otro modo —y con diferentes consecuencias para sus propios destinos—, distintos modelos de autoridad y comprensión del mundo. Los...

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