La casa ardiendo

La casa deshabitada es el espacio queenvuelve al que se va, el cual más quepreguntar "¿dónde estoy?" pregunta "¿quiénsoy?".

La casa ardiento

Ayer te vi inscrito como una lámina en mi papel en blanco, y ya hoy te has llevado los últimos escombros de mi casa quemada.

La pasión que lo abarca todo prescinde de la historia,        y entonces sólo logramos sentir el olor tiznado        de nuestra casa ardiendo o totalmente en cenizas.Es por eso que cuando te vi brillando como una aparición, no pude ver quea tu alrededor estaban mi madre y mi abuelo conversando en los balances dela saleta.Ellos serán como un hilillo débil del que tejeré lo que        quemaste con tu resplandor.Pero sé que esta vez he encontrado el pasillo de losetasarabescas donde jugaba con las hormigas gigantesque caminaban en fila hacia esas tierras extrañasdonde ahora descubro las huellasde mis zapatos limpios.

La casa que me habita

Salía, sí, salía afuera a respirar,a ver qué había en el más allá de tus paredes.Pero tú eras la reina,tú la piel que me llamaba al orden,        que me daba la voz de alarma ante el posible desparramo.Siempre viajé habitando cada esquina prostituida que te negaba,        que se salía de los poros de mi piel joven, tersa, pura.No he hecho más que viajar regresando a tu morada,        a tu guarida maternal,limpia, protectora, amable, fuerte, amenazadora.Las ventanas me invitaban a mirar los transeúntes casi desnudos,        las viejas cubiertas de velos,        los carros relampagueantes,        todos invitándome a un desciframiento imposible.Las puertas tenían peldaños débilesque yo abría y entonces saltaba al infinito.Pero fue tan sólo un momento breve que parecía siniestro, traicionero.Fue tan sólo ese impulsoque nos hace salir de tu refugio en busca de tu refugio.Sólo un momento, una chiquillada,pero aquí estoy como siempre he estado,habitado todo de ti.

Casa al hombro

Desde este territorio que no se parece a ti,pero que tiene descanso como en tu cama o en tusemblante,desde una distancia imposible de medir        que nos hace pensar en el fin del mundo,Siento que todos los lugares están hechos de ti,        de tu mesa, de tu cuarto, sí, de tu saleta        donde me sentaba con la trinidad        a planear cuál era la mejor manera de ganarse el cielo.

Desde este territorio brillante y añejo quisiera arreglar el mundo        pero la cuenta del día me hace pensar        que hay que salir de compras para la cena de mañana.

¿Podremos disculparnos de la culpa de no haber sido héroes? No haber sido héroes;no haber podido sucumbir totalmente a la embriaguez del que tira más lejos;no pasar por entre las multitudes y oír el desparramo de una vocería.

Ese es el precio de haber vivido como al margen,sin exponer la mano ni el hombro ni la cabeza erizada.

La tranquilidad del momento es un anuncio        de que la heroicidad ha dejado de existir.Ya vendrán los vendavales a rendirnos cuenta

de un mundo tan injusto que hasta las estrellas se lanzarán contra la que anteshabía sido nuestra casa maternal.

Casas futuras

Ser como tú, ser tú, caminar como tú,        mirarme las manos como si fueran ventanas de tu pasillo,        como la ventana de barrotes que me separaba y amparaba        de los otros niños asesinos.

Seguir tus pasos y losetas, tus hormigas sabias        que transportaban sus hijos cada vez        que nosotros fallábamos en vislumbrar la tormenta.

Salirme de ti, amanecer en otra cama y en otra noche,        en otro territorio de colores no sospechados.

Hoy siento el alcance de tus partes en derrumbe,        se me arruga la piel previniendo el horror de tu ausencia.

Estar lejos de ti es acercarse al fin,        al fallo de las coordenadas que mantenían la armonía,        a la que parec...