Averiguaciones previas: 1982 y los inicios del cuento policiaco contemporáneo en Baja California

Hablar de cuento policiaco en Baja California equivale a entrar en aguas poco exploradas, apenas existen dos ensayos que han abordado el tema de manera panorámica.¹ La razón la podemos encontrar en su relativa corta existencia. En la presentación del libro Expedientes abiertos. Cuentos policiacos de la frontera México-Estados Unidos, los presentadores rescatan algunos cuentos precursores que datan del siglo XIX y otros tantos esporádicos en el siglo XX, antes de la década de los ochenta. Es una realidad que antes de los ochenta no existía una tradición del cuento policiaco en Baja California, más aún, no había una fuerte presencia del cuento como género en este territorio norte. Por lo tanto, antes de hablar del cuento policiaco, habría que hablar primero del cuento y posteriormente de lo policiaco en éste. El cuento en Baja California se cultiva de manera tardía, Humberto Félix Berumen encuentra las causas de esta dilación en "la ausencia de información respecto a los principales avances registrados en la narrativa mexicana moderna…y el desconocimiento del cuento como un espacio narrativo autónomo e independiente" (El cuento contemporáneo 8). El destacado investigador rescata a algunos escritores precursores que publicaron en los sesenta y setenta: Luis de Basabe, María Luisa de Melo Remes y Olga Vicenta Díaz Castro. Ya en la década de 1980 hubo un aumento en la producción del cuento en Baja California, mismo que ha continuado hasta nuestras fechas. En Mensajeros de Heliconia, Gabriel Trujillo Muñoz señala que desde la década anterior se había registrado una mayor publicación de cuento incluso por encima de libros de poesía. Pero no es sólo la cantidad sino la calidad del cuento lo que se registra en Baja California a partir de 1980. De hecho, se ha señalado con frecuencia que 1982 fue un año clave para la narrativa bajacaliforniana, particularmente para el cuento, ya que se publican dos obras que presentan una aplicación de técnicas narrativas modernas y una conciencia y compromiso con el oficio literario; Fuera del cardumen. Antología de una nueva narrativa bajacaliforniana de varios autores y De infancia y adolescencia de Rosina Conde.² Al respecto Gabriel Trujillo Muñoz comenta que, salvo pocas excepciones, algunos escritores en las décadas anteriores:

ejercieron la literatura como simples aficionados. No se preocuparon por mantener una autocrítica que les impidiera publicar obras tan defectuosas, tan carentes del rigor necesario que hace posible distinguir errores y excesos, confusiones estructurales o fallas en el lenguaje. Sus libros manifiestan el nivel promedio de calidad literaria que durante décadas dominó en el estado y que una generación contagió a otra repetidas veces…

(Mensajeros de Heliconia 415)

Cabe señalar que la década de los ochenta cosechó el fruto de los talleres literarios iniciados en las postrimerías de los setenta y los albores de los ochenta. Los jóvenes creadores que asistieron a los talleres de Miguel Donoso y posteriormente de Ignacio Betancourt también trabajaron en la elaboración de revistas donde publicaron sus textos a lo largo de los ochenta. En este contexto de efervescencia literaria resulta significativo que 1982, el mismo año que se señala como el inicio de una conciencia moderna de la literatura, también arroje su primer cuento policiaco contemporáneo incluido en Fuera del cardumen.³ Me refiero al cuento "La pesadilla de lo ajeno con el mal sueño de los desconocido (incidente con relación al hombre de Rock Luffter)" de Héctor Daniel Gómez Nieves. Como pretendo comprobar, este cuento no sólo es el primer cuento policiaco contemporáneo sino que es también el primer cuento detectivesco metafísico escrito en Baja California.⁴ De esta manera, lo contemporáneo en el cuento de Baja California inaugura también una exploración de géneros considerados inferiores, como el policiaco y los llamados géneros...