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  • La isla trasplantada: poética y topográfica de Milena Rodríguez Gutiérrez y José Pérez Olivares1
  • Emilio J. Gallardo-Saborido

“Partir / es siempre partirse en dos”

(Cristina Peri Rossi)

Junto con Estados Unidos, España ha sido uno de los mayores receptores de intelectuales y autores cubanos desde el triunfo revolucionario de 1959. Dentro de los límites de este país, Madrid ha destacado como la ciudad en la que la mayoría de esta comunidad ha decidido vivir. Esto explica que apareciera en la capital una serie de proyectos culturales que la han convertido en un referente intelectual dentro de la diáspora cubana. Un rápido repaso de la actividad cultural propiciada por la comunidad cubana asentada en Madrid durante las últimas décadas ofrece una amplia panoplia de asociaciones, publicaciones y editoriales surgidas por el empeño creador de la diáspora.2

Así pues, y por citar tan sólo algunos de los ejemplos más recientes, en 1995 se funda la Asociación Encuentro de la Cultura Cubana (“Presentación” 3) y, un año más tarde, aparece la Fundación Hispano Cubana. A través de esta última, y según sus propias palabras, cubanos y españoles, auspician “la ayuda humanitaria, la cooperación al desarrollo y la promoción y respeto de los Derechos Humanos en Cuba, el apoyo a los exiliados y refugiados cubanos en España y la realización de actos culturales e iniciativas informativas” (“¿Quiénes somos?”).

Ambos colectivos se hicieron responsables de la edición de sendas publicaciones que han tenido un impacto considerable a la hora de difundir la cultura cubana, insular o diaspórica, dentro y fuera de España. Me refiero a la revista Encuentro de la Cultura Cubana, ya desaparecida, que comenzó siendo dirigida por Jesús Díaz en el verano de 1996 y concluyó su andadura impresa en 2009, debido a dificultades económicas (“Un hasta luego” 3–4). No obstante, esta publicación ha encontrado solución [End Page 191] de continuidad a través de Internet en medios informativos como Cubaencuentro o Diario de Cuba.

Por su parte, la Fundación Hispano Cubana se encargó de la aparición de la Re-vista Hispano Cubana desde 1998 hasta 2013. Sin ánimo de ser exhaustivo, a esta nómina de entidades asentadas en Madrid que cuentan con una publicación podría sumarse la Asociación Cultural OtroLunes. En su equipo inicial se encontraban, entre otros, nombres como los de los cubanos Amir Valle y León de la Hoz. Desde 2007 edita la revista digital OtroLunes. Revista Hispanoamericana de Cultura (“Brevísima historia . . .”).

En cuanto a las editoriales que han colaborado en la difusión de la cultura cuba-na en España, se ha de destacar la labor de diversos sellos nacionales y, limitándonos a la comunidad andaluza, el trabajo del sevillano Renacimiento.3 No obstante, algunos de los intelectuales cubanos arribados a España también emprendieron aventuras editoriales que, con el correr de los años, se han convertido en referencias ineludibles para quienes estén interesados en el devenir cultural cubano fuera de la Isla. Pondré cuatro ejemplos.

La editorial Betania, dirigida por Felipe Lázaro, y fundada en 1987, arrancó con la publicación de Conversación con Gastón Baquero, del mismo Lázaro. A partir de ese momento ha dado a conocer obras de más de cien autores cubanos, además de otros títulos centrados preferentemente en la cultura hispanoamericana. Posterior-mente, en 1990, Pío E. Serrano y Aurora Calviño crearon la Editorial Verbum, que atesora en su fondo un nutrido listado de títulos de ficción y no ficción conectados con Cuba. Víctor Batista, quien previamente había promovido publicaciones como Exilio (1965–1974) o escandalar (1980–1985) en Estados Unidos, crea en 1998 y comienza a dirigir la editorial Colibrí, asentada en Madrid y preocupada especial-mente por publicar ensayos de temática cubana.4 Por último, en 2003 se afinca en Valencia la editorial Aduana Vieja, dirigida por Fabio Murrieta. Entre otros intereses editoriales...

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